domingo, 11 de febrero de 2018

Gustavo Carrara, un obispo del Pueblo

Hace un par de días me encuentro en el diario La Nación con una nota titulada “El hijo político del Papa, que nadie conoce”. El artículo habla sobre Gustavo Carrara. Me alegro y me pongo a leerla. Al terminar, con una rara sensación que no termino de identificar, me pregunto: ¿por qué esta nota ahora?, ¿por qué este título?.
La palabra “político” no parece ser inocente. Más que indicar su no relación biológica, deja un mojón semántico difícil de esquivar en estos tiempos. Y más al describirlo como “el sacerdote que a fin de año fue convertido por Francisco en el primer obispo villero, una designación de fuerte impacto político”. Si bien Francisco suele repetir aquella cita que dice que la política es una de las formas más altas de la caridad, bien sabemos que no resuena de esa manera en los lectores de la tribuna de doctrina ni en sus otros replicadores mediáticos. Y menos en este contexto donde durante este año se agudizó la campaña de desprestigio hacia el Papa etiquetándolo como “figura política” (en el sentido más peyorativo del término). Basta leer muchos de los comentarios a la nota para entender...
Laura Di Marco, la periodista autora del artículo, agrega que nadie lo conoce. Si bien es cierto su bajo perfil, recordemos que la misma periodista había publicado un artículo hace casi ocho años que comenzaba hablando sobre Carrara. Y mientras allí titulaba “Curas villeros: predicadores de la Teología del Pueblo”, reivindicando tanto esa línea teológica como a Bergoglio, ahora escribe lo siguiente: “La Teología del Pueblo, remixada por Bergoglio, es una versión light de la Teología de la Liberación”. ¿Qué cambió?. No está de más recordar que este artículo es también una editorial de Di Marco en Radio Mitre. Allí también pudimos escuchar los ataques al Papa Francisco que realizaron Jorge Fernández Díaz y Alfredo Leuco el mes pasado.
También es cierto que hay algunas precisiones. “Obispo en la villa 1-11-14, teólogo y crítico del capitalismo, Gustavo Carrara refleja el pensamiento de Francisco”, comienza diciendo, aunque se queda corta. Nombrar en la misma nota a Ricciardelli, Mugica, Gera y Tello es un buen encuadre. Quizás anda faltando un Don Bosco y un Jean Vanier para completar.
Cuando dice que es un “obispo heterodoxo” o “estrella rockera”, teniendo en cuenta los destinatarios a los que escribe, lo hace, tal vez, para despertar enojos (aunque a muchos nos seduzca esa idea). “Carrara es fruto de la mutación ideológica de Francisco y comparte muchas lecturas con él. Ese giro es curioso”, señala más adelante. ¿De qué mutación o giro habla?. La palabrita “ideológica” también es intencional.
El párrafo donde habla del perfil combativo de Lugones, el frente opositor, la CGT, los movimientos sociales, Grabois, sigue en la misma línea malintencionada, y sin dejar pasar que viene de etiquetarlo como filoperonista (algo que para mí es un elogio pero no para la gran mayoría de los lectores de La Nación). Ni que hablar cuando insinúa que Carrara y Francisco, que a esta altura de la nota son lo mismo, podrían asociar a Macri y Piñera con el antipueblo. Personalmente creo que es así, y me hago cargo de mi interpretación. Pero la periodista le habla a otros... Y si faltaba una palabra, la incorpora hacia el final cuando nombra a Rodolfo Kusch, “olvidado y luego rescatado por el kirchnerismo”. Refuerza con Milagro Sala y mete por la ventana los casos de pedofilia. ¡Bingo!.
En el fondo sabe, sin embargo, que la grieta política es, tal vez, el principal obstáculo para la visita de Francisco a la Argentina”. ¿Sabe eso?. ¿O eso es lo que la periodista deseaba que Carrara diga y no dijo?. “¿Qué pasaría si una parte de la sociedad abucheara al Papa, en su propia tierra?”, cierra el párrafo más como arenga que como pregunta.

Personalmente tengo la gracia de conocer a Gustavo. Fue mi profesor, empleador, párroco y ahora obispo... Siempre cercano, siempre atento, siempre escuchando, acompañando, siempre con la palabra justa, siempre rezando, siempre... Intento consultarlo seguido, pero trato de moderar mis intentos para no quitarle tiempo que ocupa mucho mejor seguramente.
Mi tío y mi hermano, referentes de fe popular para mí, me hablaron siempre maravillas de Gustavo. Y cuanto más traté con él, más lo corroboré. Siendo mi profesor de Teología Fundamental me inspiró a inscribir sobre la compasión. La primera vez que fui a verlo a la villa me regaló el libro “Y el Pueblo, ¿dónde está?” del Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo (edición agotada, muy valiosa para mí en múltiples sentidos, y de frecuente consulta). Años después me convocó a ser el rector fundacional de la primera Escuela Secundaria que abrían los curas villeros. Un honor inmerecido para el que seguramente no estuve a la altura. En esa época me regaló otro libro: “La Alegría del Evangelio” del Papa Francisco. Y como para ir cerrando este párrafo personal, recuerdo que al día siguiente de su ordenación episcopal le escribí por whatsapp: “Me hace feliz ser parte de una iglesia que te tiene como obispo. Rezo fuerte. Abrazo!”. Y eso siento realmente.
Claramente inspirado en la Teología del Pueblo pero que no queda en la teoría sino que se hace vida sencilla, fe popular, compartiendo el día a día cuerpo a cuerpo con aquellos a quien la sociedad considera sobrantes. Recibiendo la vida como la vida viene, y compartiendo con los pobres la alegría del Evangelio (tal como reza su lema episcopal).
Así como el Papa Francisco plantea las tres “T” –“tierra”, “techo” y “trabajo”–, Carrara y los curas villeros plantean las tres “C”, que están profundamente ligadas con esas tres “T”, y son “capilla”, “colegio” y “club”, como un ámbito de prevención. Prevención significa, en estos términos, oportunidades, inclusión y saborear, contagiar, sentido de la vida.
Quizás el flamante obispo villero sea el intérprete más autorizado del pensamiento del Papa Francisco. Impulsor de la difusión de sus ideas a quien, según dice, hay que leerlo sin glosa. Por eso llevó a Patria Grande la idea de editar libros con sus palabras a los Movimientos Populares o en sus visitas a América Latina. Pluma activa detrás de los documentos del Equipo de Sacerdotes para las Villas de Emergencia, ahora tiene la posibilidad de dejar de ser “el hijo político del Papa, que nadie conoce” para profundizar y viralizar esta revolución de la fe, la esperanza y el amor que lidera el Papa Francisco. Que así sea.




Gustavo Carrara y el Padre Lorenzo Massa - Clarín

El proyecto social de un cura villero designado obispo por Francisco y San Lorenzo - La Nación

Gustavo Carrara, Club Madre del Pueblo y San Lorenzo -Hecho en CASLA (video)

Gustavo Carrara, Club Madre del Pueblo y San Lorenzo en TyC Sports (video)


De cura obrero a Obispo de Buenos Aires - Diario El Mundo (2013)

Argentina: ¿llega el obispo villero? - Vatican Insider (2013)

Pastores con olor a oveja - Página 12

Monseñor Gustavo Carrara recibió su ordenación episcopal - AICA

Gustavo Carrara ya es obispo - Vida Nueva

Ordenaron al primer obispo villero de la Argentina - InfoBAE








1 comentario:

María Elena Díaz dijo...

Es tan clara la explicación hecha sobre el artículo d Laura Dimarco q no requiere agregado .
Respecto a la forma d hablar sobre Gustavo Carrara ,demuestra un profundo conocimiento y admiración x este pastor q,con un bajo perfil,es otro "Revolucionario ",como Jesus ,q basan su accionar en el AMOR