viernes, 13 de diciembre de 2019

¿Es posible una tercera posición sobre el aborto?

Ni verde ni celeste, hay que unirnos aunque cueste.
Ni celeste ni verde, que alguien lo recuerde.

Durante el acalorado e intenso debate sobre la interrupción voluntaria del embarazo, siendo que éramos muchos los que no hallábamos una voz pública que termine de representarnos al respecto, decidí escribir un punteo retomando esas ideas que podían aglutinarnos. Allí escribía:

1) Todo Ser Humano tiene Derecho a la Vida, antes y después de nacer.

2) Tenemos que trabajar en Políticas Públicas para que descienda la cantidad de embarazos inesperados, la cantidad de abortos y la tasa de mortalidad materna.

3) Necesitamos generar acceso en Igualdad de oportunidades, de posiciones, a una Educación y Salud de calidad para todas y todos. Es importante que se cumpla con la Ley Nacional de Educación Sexual Integral.

4) Es mejor prevenir que curar. Siempre. Es clave la atención primaria y la perspectiva comunitaria.

5) El aborto, en el caso de la mujer, no se resuelve desde el Código Penal. Pero también es cierto que atentar contra la vida de las personas es un delito, y la ley tiene una función simbólica y pedagógica. Debemos pensar una propuesta superadora desde la justicia restaurativa.

6) Si una mujer está en conflicto con su embarazo, hay que acompañarla, escucharla, sostenerla y ofrecerle soluciones concretas y reales que la ayuden a cuidar su vida y la de su hija o hijo.

7) Si una mujer toma la dramática decisión de abortar y lo hace, la cárcel no debiera ser la respuesta. En vez de juzgarla, hay que acompañarla, escucharla, sostenerla y ofrecerle soluciones concretas y reales que la ayuden a cuidar su vida y seguir adelante.

8) Si una mujer llega a un centro de salud con un aborto inducido, hay que atenderla de inmediato, cuidar su vida, acompañarla, escucharla, sostenerla y no abandonarla.

9) Frente a la injerencia de intereses foráneos, de fundaciones extrajeras que lucran con la vida, de instituciones capitalistas que nunca piensan en los pobres, y en este contexto de creciente endeudamiento que dejó el gobierno de Macri, es esencial trabajar por la Independencia Económica y la Soberanía Política.

10) En el actual contexto de aumento de la pobreza, el hambre y la desocupación, que nos dejó el gobierno de Macri, es fundamental trabajar por la Justicia Social. Y por eso celebramos el “Plan contra el Hambre”.

Intento, empáticamente, ponerme en lugar de quienes están a favor y de quienes están en contra de la legalización del aborto. En muchos, no en todos, encuentro buenas intenciones, fidelidad a sus convicciones y ganas de transformar la realidad para mejor.
Es muy difícil que haya acuerdo entre ambas partes, y por eso me atrevo a soñar una tercera posición. Necesitamos habilitar creativamente esta posibilidad para que sigamos cuidando la vida de todas y de todos, siempre. Nos invito a seguir trabajando juntos en pos de este objetivo. Sí, podemos.

miércoles, 24 de abril de 2019

Régimen Penal Juvenil

Exposición de Mons. Gustavo Carrara, Obispo de los Pobres, en la Cámara de Diputados de la Nación el día 23/04/2019...

Un régimen penal juvenil verdaderamente humano y abierto a la esperanza

1. Buenas tardes, les agradezco la posibilidad de estar aquí, y el trabajo que se toman para escuchar con atención cada una de las intervenciones. Cuando hablamos y nos posicionamos acerca de un tema importante, en este caso sobre la posibilidad de un régimen penal juvenil, lo hacemos fuertemente influenciados por nuestras convicciones y por nuestras experiencias concretas de vida. No hay miradas neutras de la realidad, por eso quisiera intentar aportar una mirada humanista y cristiana, y a su vez apoyarme en la experiencia de vivir y trabajar pastoralmente hace 12 años en las villas de Buenos Aires. 
2. Cuando visitamos a un adolescente en un instituto de menores, como adultos debemos reconocer, que en un punto, hemos llegado tarde. Que esto no debería haber ocurrido. Y haciendo memoria de nuestra niñez y adolescencia, nos preguntamos, ¿por qué ellos y yo no? En estos lugares nos encontramos mayoritariamente con adolescentes que desde el inicio de su vida han padecido la pobreza multidimensional. Qué duro es cuando el primer encuentro mano a mano del Estado con estos menores se da a través de la justicia penal. Por eso el tratamiento de esta ley no tiene que hacer olvidar el problema de fondo. ¿El problema son los menores pobres en conflicto con la ley o el problema profundo y de raíz es la decisión y voluntad de sostener a lo largo del tiempo una política de Estado de inclusión e integración social? 
3. Ahora bien, es verdad, Argentina no tiene un régimen de responsabilidad penal juvenil como lo dispone la Convención de los Derechos del Niño. Sería deseable que se abandonara el sistema tutelar y se implementara un régimen penal juvenil, con todas las garantías del proceso penal, pero sin bajar la edad mínima de responsabilidad penal juvenil, es decir, manteniéndola en 16 años, lo que sería más acorde a los estándares internacionales de derechos humanos y, en particular, con dicha Convención. En este marco aparecen caminos concretos que deben incluirse en dicho régimen penal juvenil: la justicia restaurativa, la mediación, la remisión de casos, las medidas no privativas de libertad. Es evidente que la implementación de este sistema depende de la habilitación de la infraestructura y los recursos humanos y materiales necesarios para el desarrollo de un sistema orientado a la resocialización y a la educación. Hay que trabajar por un régimen penal juvenil verdaderamente humano y abierto a la esperanza. 
4. Los menores que son llevados al delito por organizaciones criminales son sus víctimas. El Estado debe alejarlos de esa opción en lugar de reafirmarlos en el rol de delincuente. Cuando vemos adolescentes que tienen armas en sus manos, lo primero que deberíamos preguntarnos es ¿por qué no les hemos acercado antes una propuesta positiva? ¿Por qué los hemos dejado en orfandad, expuestos a situaciones que los dañan a ellos en primer lugar? La pregunta no es tanto ¿qué le pasa a los adolescentes?, sino ¿qué nos pasa a los adultos? Por otro lado ciertamente los adolescentes no son responsables del tráfico de armas que se da en nuestra sociedad, muchas veces ligado al narcotráfico. Este contexto es particularmente dramático en villas y barrios precarios, cuya población está compuesta por casi la mitad de niños, niñas y adolescentes. 
5. En estos lugares hay que tener particularmente presente el concepto amplio de inseguridad, eso que atenta contra la vida digna de los vecinos y vecinas. Por eso el camino comienza insertando a todos los chicos en las escuelas, y a sus familias en trabajos dignos, generando espacios públicos de esparcimiento y recreación, habilitando instancias de participación ciudadana, servicios sanitarios, acceso a los servicios básicos —agua, electricidad, cloacas—, por nombrar sólo algunas medidas. Ahí empieza todo proceso de integración socio-urbana. 
6. Es necesario tener cuidado del populismo penal. No se trata aquí de la confianza en alguna función social tradicionalmente atribuida a la pena pública, sino más bien en la creencia de que mediante tal pena se pueden obtener los beneficios que requerirían la implementación de otro tipo de política social, económica y de inclusión social. Por otro lado hay que evitar esa tendencia que algunas veces existe de construir deliberadamente enemigos: figuras estereotipadas, que concentran en sí mismas todas las características que la sociedad percibe o interpreta como peligrosas. Los mecanismos de formación de estas imágenes son los mismos que, en su momento, permitieron la expansión de las ideas racistas.1 Y todo esto se vuelve más delicado aún si estamos hablando de menores. 
7. La respuesta a los inimputables es el cumplimiento de la Ley de Protección Integral de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes (Ley Nº 26.061). “Los Estados deben abstenerse de castigar penalmente a los niños que aún no han completado su desarrollo hacia la madurez, y por tal motivo no pueden ser imputables. Ellos, en cambio, deben ser los destinatarios de todos los privilegios que el Estado puede ofrecer, tanto en lo que se refiere a políticas de inclusión como a prácticas orientadas a hacer crecer en ellos el respeto por la vida y por los derechos de los demás.” 2 La deuda social es la gran deuda de los argentinos, no se trata solamente de un problema económico o estadístico. Es principalmente un problema ético que nos afecta en nuestra dignidad más esencial. Detrás de las estadísticas —nunca hay que olvidarlo— hay rostros e historias. La deuda social genera graves daños sobre la vida concreta de personas, las hiere profundamente en su dignidad. Y casi la mitad de los niños, niñas y adolescentes de nuestra patria son pobres. 
8. Por último me permito recordar que este honorable congreso votó por unanimidad la ley de integración socio-urbana. Esta Ley tuvo un trabajo de relevamiento previo de 4.228 barrios populares. Lo traigo a la memoria porque la mitad de los habitantes de estos barrios son niños, niñas y adolescentes. Hay que seguir llevando adelante este proceso de integración socio-urbana de las villas y barrios precarios de nuestro país. Es probable que esto no resuelva totalmente el drama de la pobreza en nuestra Patria, pero ciertamente será mirarlo de frente y poner manos a la obra de modo bien concreto. 

+Gustavo Oscar Carrara Obispo Auxiliar de Buenos Aires Vicario para la Pastoral de Villas de CABA Asesor de la Comisión Arquidiocesana de Niñez y Adolescencia en Riesgo del Arzobispado de Buenos Aires 

1 Cfr. Papa Francisco. Discurso a una delegación de la Asociación Internacional de Derecho Penal. 23/10/2014 
2 Papa Francisco. Ibídem.

Y les dejo un artículo que escribí hace más de 10 años, vinculado a la temática:

martes, 2 de abril de 2019

El fútbol infantil...


Qué lindo es el fútbol infantil...
Viví hermosos años de mi vida jugando en los clubes del barrio: Jorge Newbery, Villa Real, Villa Luro, APV...
Entrenar en la semana, 2 o 3 veces. Ir a jugar los sábados. De local. De visitante, recorriendo lugares desconocidos a mi edad. En ese entonces era sólo FAFI...
Escuchar a los profes y hacerles caso más que a las maestras o a mis viejos.
Pasar el tiempo con amigos. Ir antes de tu partido y quedarte de más. Ser hinchada. Jugar para la categoría más grande y sentir que estabas dándole una mano al club.
Aprender a cumplir ciertas reglas, algo no tan claro a los 5 años. Ubicarte en la cancha. Nunca despejar al medio. Hacer bien los laterales. Sacar rápido para sorprender al rival. Amagar. Ir al piso convencido de ganar la pelota... es que pasa la pelota o el jugador, nunca ambos. Pegarle con el empeine, nunca de puntín. Pasarla con el lado interno del pie. Y tantos otros aprendizajes...
Jugar en equipo. Celebrar juntos las victorias, y hacernos el aguante en las derrotas.
Jugar con los rivales después del partido, sin importar el resultado.
Hacer amigos... 

Y años después, más de 20, mi hijo también quiso jugar al fútbol en un club. ¿Quiso? Tenía 3 años (¡muy chico para mi época!). En casa se la pasaba pateando una pelota. Mucha energía que gastar. Salí a buscar club. Conociendo mi historia, el valor del fútbol infantil en mi vida, me lo tomé muy en serio. Y de repente, charlando con un ex-alumno, me enteré que él y otro ex-alumno eran profes en un club del barrio... aquel donde yo también inicié mi carrera. Años después sabría que, para Nico, sería el club donde querría quedarse a vivir para siempre.
Y esos profes pasaron a ser muy importantes en la vida de Nico... más de lo que mis profes conmigo. Porque miran mucho más allá del fútbol. Se nota en el trato, en las charlas, en preguntar más allá del deporte... ¡hasta les piden el boletín! 
Y Nico me empezó a pedir quedarnos a ver los partidos de las demás categorías... y, de repente, me encontré dando una mano como delegado. Es tan hermoso ver a Nico siendo feliz en el club. Tan sano, tan lindo. Siempre rodeados de amigos. En el Newbery los pibes más grandes y los más chicos se conocen, se quieren, juegan juntos fuera del partido. Y los adultos también forman parte de todo esto. Madres, padres, abuelas, abuelos, tías, tíos, hermanas, hermanos. Mucho mate y criollito en la tribuna. Conversaciones de lo más variadas en whatsapp. Somos como el Barcelona... "Más que un club". Hasta nos fuimos a pasar un día en familia, con los profes también, para cerrar el año. De todas las categorías. Hermoso.
Y trato de explicarle cosas que aprendí yo... pero también le da más bola a los profes que a mí. Por eso me alegra que sean estos profes y no otros. Más cuando veo algunos profes rivales...
Y me emocioné hasta las lágrimas al verlo salir campeón. Y se me partió al corazón al verlo llorar después de perder el invicto luego de muchísimos partidos. Y lo ví crecer, ganar en personalidad, autoestima, confianza. Claro que mejoró futbolísticamente. Muchísimo. Disfruto ir a verlo jugar. A él, y a sus amigos. Siempre tuvo la suerte de jugar en grandes equipos, con pibes que juegan de maravilla. Y, al ser amigos, en este clima de familia que se respira en el club, con profes que saben mucho y los quieren mucho, todo se potencia. Con ese delicado y difícil equilibrio entre querer ganar pero, a la vez, aprender, divertirse y disfrutar.

Todo esto recordaba y pensaba en estos días a partir de un video que, sorpresivamente, se viralizó. Es Nico pateando un tiro libre. Terrible golazo. Mucha técnica, pero también potencia. Con mucha humildad digo que no me sorprende. Pero el ángulo del video le sumó mucho. Enfocado desde atrás, por su tía, permite observar cada detalle. Le faltaron unos segundos, cuando se da vuelta y se lo dedica... ¿a la cámara?.
Lo compartí originalmente en Instagram, replicado en Facebook, y Twitter. Al rato me empezaron a llegar notificaciones. Likes, retuits... comentarios. En menos de dos días ya había 200 mil reproducciones y 20 mil likes. Me llegaban mensajes por privado de gente que conocía gente que yo no pero que le hablaban del video. Y algunas cuentas con muchos seguidores empezaron a postearlo. Y me llegaron pedidos de autorización de medios extrajeros. Y salió en ESPN y TyCSports. Y... Se me fue de las manos. Profes, delegados y padres de otros clubes narrando haberlo sufrido como rival. Un ex compañero mío del fútbol infantil, de los mejores de mi generación tal vez, comentando en las redes y enviándome audios alusivos. Muchas personas de mi edad reviviendo lo mismo que yo... esas épocas donde éramos tan felices compartiendo la vida con amigos mientras jugábamos a la pelota.
Al fin y al cabo, eso es lo más importante.

Ver el VIDEO

viernes, 1 de febrero de 2019

Niñas Madres en la editorial de La Nación


No leo La Nación, dentro de lo poco que vengo leyendo diarios últimamente.
Muchas veces escribí "la Nazión" para referirme a ese medio de comunicación.
La Nación siempre representó los intereses de la oligarquía argentina y, a diferencia de otros medios, es coherente con su línea editorial.
La Nación no me representa. Jamás puede representarnos a los que militamos en el campo nacional y popular.
Hechas estas aclaraciones previas, me dispuse a leer la editorial titulada "Niñas madres con mayúsculas" porque mis redes sociales fueron invadidas por repudios a ese escrito.
El título, como para empezar, me parece una mierda. Las niñas no debieran ser madres. En eso estamos todes de acuerdo... o casi todes.
No comparto lo que dice ni la manera de decirlo. Pero creo intuir que las feroces críticas contra la editorial tienen que ver con la posición sobre el aborto y el derecho a la vida de las personas por nacer.
Insisto: primero leí las repercusiones, todas de repudio. Luego, al ir al texto, y pese a que jamás escribiría ni firmaría algo así, me sorprendí al leer lo siguiente:
-"...sorprende el reciente testimonio de algunas niñas madres a edades en las que mejor habría correspondido que estuvieran estudiando y atendiendo su formación"
-"Mucho más allá de la forma en que se gestaron los embarazos, claramente nada deseada ni deseable, y recordándonos todo aquello que se ha predicado con justeza sobre la necesidad de una educación sexual preventiva que contemple información sobre el propio cuerpo..."
-"Cuando la realidad golpea con la suba de cifras de embarazo adolescente, como sociedad debemos ayudar a prevenir tan conflictivas situaciones no deseadas con una adecuada educación sexual."
Realmente no esperaba leer eso porque en las redes se hablaba de "apología de las violaciones", por ejemplo.
Seamos serios. La Nazión es un diario conservador, que representa los intereses de la oligarquía argentina, y con el que podemos no compartir en nada su línea editorial. Pero digamos las cosas como son. Es una editorial de mierda, con un título de mierda, pero no porque promueva el abuso de menores, como leí tantas veces hoy en las redes. Si no les gusta que se oponga a la legalización del aborto, digan eso y punto. No intenten manipular. Para eso ya está Clarín, que manipula y apoya la legalización del aborto.
Hagamos todo lo posible, y más, por evitar el abuso sexual, las violaciones, los femicidios. Tiremos abajo el patriarcado. Erradiquemos el machismo y la violencia de género. Hagamos prevención, con educación sexual integral y más, para que no haya embarazos inesperados (menos a esas edades). Pero una vez que la vida de un nuevo ser humano ya está entre nosotros, en el vientre de la mujer, no la eliminemos. He dicho.

viernes, 18 de enero de 2019

Esperanza: la Vida vence a la Muerte

Esperanza, la beba jujeña que hicieron nacer prematura. ¿Realmente alguien puede desearle la muerte? Su madre biológica, con 12 años, y después del terrible trauma de la violación que sufrió, parece que dijo: "la beba no tiene la culpa". La vida venció a la muerte...

Los invito a realizar el siguiente ejercicio. Imaginen que es 2034. Esperanza, la beba jujeña nacida en 2019, ya tiene 15 años. Escribile una carta y contale lo que pensabas sobre ella en esos días finales donde todavía estaba dentro del vientre. ¿Podés? Y, de paso, intentá preocuparte por su madre biológica que, con 27 años, la sigue peleando para superar el trauma terrible de una violación. Pero intentalo porque va a ser muy difícil cuando los medios ya no hablen de ella, al igual que no hablaban hasta que fue parte del circo que quiere imponer el aborto legal a toda costa. La invitación queda hecha...

La Vida no es un partido entre Verdes y Celestes

 

Frente a la Ley de Aborto, decimos... 

 

ABORTO: aportes para el DEBATE...

domingo, 6 de enero de 2019

De Reyes Magos y Estrellas

Hoy es, para los cristianos, la Fiesta de la Epifanía que, etimológicamente, significa "manifestación". Es la fiesta del mostrarse, del darse a conocer de Dios a todas y todos. Es una fiesta litúrgica más antigua que la Navidad y, de hecho, en algunos lugares celebran el Nacimiento de Jesús los 6 de enero.
Se lee el Evangelio de Mt 2, 1-12; siempre el mismo texto ya que es el único evangelista que lo relata. De aquí en más iré citando algunos fragmentos de los escritos que aparecen linkeados al final por lo que, se los sugiero, es mejor ir directamente a esos escritos...

"Lo primero que debemos tener en cuenta es que San Mateo no dice que los Reyes Magos fueran ni tres, ni Reyes, ni Magos...
Pero ¿es posible que el episodio de los Magos sea verídico, y que estos personajes se presentaran realmente en Belén cuando nació Jesús? Si analizamos el relato a la luz de la historia, más bien parecería que no...
¿Por qué, entonces, Mateo lo incluyó entre los sucesos de la infancia de Jesús? Para responder a esto, debemos tener presente que San Mateo compuso su Evangelio para una comunidad cristiana de origen judío, es decir, que tenía una formación y una cultura judías. Y sabía que los judíos tenían una gran estima por los grandes personajes del Antiguo Testamento. Ahora bien, Mateo no conocía demasiados detalles de la infancia de Jesús. Sí conocía al Jesús adulto, pero no al Jesús niño. Entonces decidió contar los distintos episodios de la infancia del Señor basándose en la vida de los personajes del Antiguo Testamento...
Es posible, pues, que el relato de los Magos, así como está contado en el Evangelio de Mateo, no haya sucedido realmente. Que no se trate de un hecho estrictamente histórico, sino que haya sido creado por San Mateo, teniendo como base la narración de la visita de la reina de Saba a Salomón. Este modo de contar la biografía de alguien era muy común entre los teólogos judíos de aquel tiempo, que más que una precisión histórica, buscaban siempre transmitir una enseñanza o un mensaje.
Y por supuesto que los lectores judíos, al leer el relato de los Magos, descubrían inmediatamente lo que el autor les quería decir: que Jesús era un nuevo y más grande Salomón, enviado por Dios a la tierra; que en este Niño nacido en Belén residía una sabiduría y unos conocimientos extraordinarios, como nunca los hubo antes en ningún ser humano, ni los podrá haber después; que las cosas que este Niño diga cuando sea grande, aunque resulten desconcertantes o sorprendentes, pueden ser aceptadas con confianza; porque es Dios quien habla a través de Él...
San Mateo nos cuenta que, cuando Jesús vino al mundo, unos Magos del lejano Oriente se enteraron de su nacimiento. No pertenecían al pueblo judío, ni conocían al Dios verdadero, ni practicaban la auténtica religión; sólo observaban los astros y estudiaban ciencias secretas. Pero mediante la aparición de una estrella Dios les hizo saber de la llegada del rey de los judíos a la tierra. También nos dice que los Sumos Sacerdotes y Escribas judíos pudieron enterarse del nacimiento del Mesías, pero por otro camino: descifrando las profecías de las Sagradas Escrituras. Finalmente, también el rey Herodes se enteró del nacimiento de Jesús, por sus asesores políticos.
El evangelista enseña, así, que Dios quiere hablar con todos los hombres, y que para ello emplea el lenguaje que cada uno puede entender. A Herodes le habló a través de sus asesores. A los Maestros de la Ley, a través de la Biblia. Y a los Magos, a través de sus estudios astronómicos. Dios no rechaza a nadie. No excluye a nadie de la salvación. Ni siquiera a los Magos, que para la mentalidad judía de entonces eran extranjeros despreciados y que vivían en medio de su ignorancia y sus creencias supersticiosas. También a ellos les dirigió su Palabra, y de una manera en que pudieran entender.
Hoy en día, en que algunas categorías de personas (divorciados, matrimonios irregulares, alcohólicos, drogadictos, enfermos de sida, madres solteras, desvalidos), por uno u otro motivo no encuentran lugar en la Iglesia, y hasta son excluidas en nombre del mismo Dios, los Reyes Magos lejos de constituir una historia feliz y romántica para contar a los niños, representan la advertencia divina de que el Sol sale para todos; y que nadie debe quedar afuera de la salvación de Dios."

"Si la estrella del relato no era un fenómeno celeste, entonces es un símbolo, y por lo tanto debe tener algún significado.
Esto hace que los autores modernos se pregunten: ¿cuál es el sentido que tiene la estrella en el relato de Mateo?
Hoy los biblistas sostienen que en realidad Mateo compuso este pasaje para exponer aquí la tesis de la universalidad de la salvación. De este modo, cada elemento de la narración simbolizaría una realidad distinta: los magos representan a los paganos; Herodes, a los judíos; y la estrella, la fe.
Mateo pretende, así, explicar que Jesús, una vez nacido en Belén como un niño judío y para salvar a los judíos, quiso brindar también al paganismo, ya desde la cuna, la posibilidad de un encuentro, para lo cual envía la luz de la fe (estrella), cuya misión es guiar a los gentiles (magos) hasta el lugar donde se encuentra el salvador (Jesús).
Pero Mateo es consciente de que el pueblo judío es el pueblo elegido, y que tiene un privilegio por encima de todas las demás naciones. Por ello, la estrella (fe) no puede guiar a los magos (paganismo) directamente a Jesús. El judaísmo conservaba su posición de privilegio, y sólo por intermedio de ellos era posible llegar hasta el salvador. Es por eso que en el relato la estrella no guía a los magos a Belén sino a Jerusalén, para que sea Herodes (el judaísmo) quien los lleve hasta Jesús. La estrella, pues, no aparece equivocándose sino cumpliendo su cometido, llevando a los paganos a confrontar sus inquietudes con los judíos.
Pero el judaísmo (Herodes) rechazó a Jesús. Entonces el camino queda libre para que los paganos puedan ir guiados por la estrella (fe) hasta el lugar mismo donde se encuentra el salvador.
Todo privilegio tiene su correspondiente obligación. Y el evangelista recuerda que Israel estaba mucho más constreñido a recibir al Mesías, tenía las luces necesarias para descubrirlo en el niño Jesús. Incluso su nacimiento en Belén proclamaba a los cuatro vientos que el reino mesiánico había llegado. Pero el relato de los magos nos enseña cómo el judaísmo renuncia voluntariamente a su posición singular. No quiere ir al encuentro del Mesías. Lo rechaza. Más aún, lo considera un usurpador y un peligro. Y rehusando conducir al mundo gentil hasta donde se encontraba Jesús, renuncia voluntariamente a los privilegios que le otorgaba su situación de pueblo elegido.
Y es entonces, y sólo entonces, cuando al paganismo se le abren las puertas para acercarse directamente a Jesús. Ya no precisa llegar al Salvador a través del judaísmo. El antiguo pueblo cede paso a uno nuevo.
Al narrar este episodio de la estrella, Mateo está contando algo que en realidad sucedió después de la resurrección de Cristo. La mayor parte de los judíos rechazó a Jesús, a tal punto que en tiempos de Mateo las autoridades judías eran hostiles a los cristianos, los perseguían y encarcelaban. En cambio los paganos, es decir, los no judíos, aceptaron la nueva fe y se volcaron en masa a las comunidades cristianas.
Entonces Mateo, frente a este fenómeno, hizo retroceder hasta el nacimiento de Jesús la llegada de los paganos, y cuenta como si ya con en su nacimiento Mesías se hubieran abierto las puertas del cristianismo a todos los pueblos gentiles.
La estrella de los magos en el relato de Mateo no es pues ningún fenómeno celeste que haya aparecido realmente en el firmamento, sino el símbolo de la luz de la fe que brilla en las tinieblas del pecado cuando el salvador aparece en el mundo.
Mateo plasma así una tesis nueva. Jesús, aun siendo judío y descendiente de David, es un Mesías con fuerza para ahuyentar del mundo entero las tinieblas del pecado, por más lejano que se encuentre el hombre, y en el desierto que sea. Para ello éste debe cumplir un solo requisito: dejarse guiar por la luz de la fe.
Los escribas y sumos sacerdotes reunidos por Herodes, al escudriñar la Biblia para averiguar sobre la estrella habrán encontrado seguramente no menos de 465 profecías sobre el Mesías, y más de 550 alusiones a él en las Escrituras. Y hasta le indicaron a Herodes el lugar exacto donde podía encontrar al Salvador, al verdadero rey de los judíos. Sin embargo ninguno se puso en movimiento.
Los magos, en cambio, nos dejaron el ejemplo de quien está en actitud de búsqueda ante Dios.
En nuestra vida suelen suceder hechos cargados de sentido que reclaman nuestra atención. Ciertamente si uno no se pone a investigar, a ver qué quiere decirnos Dios, vive más tranquilo, no se cuestiona, no se hace problemas. Pero no avanza, se mueve en un horizonte estrecho, mezquino, sin dimensiones, y se priva de lo que le ofrece su capacidad para progresar.
Los magos estaban a la espera. Aguardaban. Y cuando apareció algo en su cielo, comprendieron que era el signo. No dudaron. No se dejaron enredar con falsas hipótesis. Iniciaron una larga caminata cargando el deseo de cumplir la voluntad de Dios, y de seguir adelante pese a todos los sacrificios que tal decisión implicaba.
En la vida hay que seguir una estrella. Un ideal. Un proyecto de vida. Un modelo de santidad. Esa es la estrella que brilla para nosotros en nuestro cielo azul. Y hay que seguirla a pesar de todos los sacrificios que impone.
Jesús nos espera al final."

"Todos los exegetas están de acuerdo en que no se trata de un pasaje histórico, una crónica, sino de una narración simbólica, de un género literario llamado por los biblistas “midrash haggádico”, que tiene mucho que decir a los cristianos de todos los tiempos. El relato pone de manifiesto la gran noticia: “Os ha nacido un Salvador, el Mesías” (Le 2,11). Pero quienes fueron llamados los primeros, los que conocían “la Ley y los Profetas”, quienes lo esperaban desde hacía siglos “no le recibieron” (Jn 1,11). En cambio, “a pueblos que andaban en tinieblas y en sombra de muerte les iluminó una luz esplendorosa” (Mt 4,16). Mateo escribe el relato de los magos a la luz de las comunidades que forman la Iglesia, el nuevo pueblo de Dios, compuesto en su gran mayoría por cristianos venidos de la sociedad pagana. El relato, pues, más que histórico, es teológico, simbólico, con vigencia hasta el final de los tiempos...
La estrella es para nosotros cada llamada del Señor a través de diversos signos que nos invitan a la primera conversión o a superar una etapa en la vivencia de la fe. Esa estrella puede ser una desgracia o un fracaso que nos invita a renunciar a los ídolos y a confiar en el que tiene palabras de vida eterna (Jn 6,68). La estrella puede ser el testimonio de un testigo apasionado por Jesús y su Causa, un libro inquietador, la reflexión de un creyente, la vida vibrante de una comunidad que nos invita a partir… Todo ello es gracia, don, signo del amor gratuito de Dios. Estas estrellas aparecen en el firmamento de nuestra vida, no son fruto de nuestro ingenio como las estrellas de nuestros belenes. A nosotros nos corresponde vivir atentos y observar las “estrellas”.
Quizás nos digamos: “Bueno, yo ya soy creyente, soy cristiano practicante, de modo que el mensaje de este relato no tiene nada que ver conmigo…”. La fe es un éxodo. Hay que partir muchas veces. La fe no es algo que se tiene como una joya en un cofre; es una relación de amistad y de comunión con el Señor y, a través de él, con el Padre y el Espíritu. Tal relación no está nunca hecha del todo, ha de estar en constante crecimiento.
La vida cristiana es una llamada a superar etapas. Dios nos hace sucesivas invitaciones a partir… La pareja que se casa, el sacerdote que sube al altar, la religiosa que se compromete ante Dios… saben que inician una “aventura”, pero lo hacen con entusiasmo y fe. Luego, los roces de la vida y nuestra propia mediocridad nos van desgastando. Aquel ideal que veíamos con tanta claridad parece oscurecerse. Se pueden apoderar de nosotros el cansancio y la insensibilidad. Tal vez seguimos caminando, pero la vida se hace cada vez más dura y pesada. Ya sólo nos agarramos a nuestro pequeño bienestar. Seguimos “tirando”, pero, en el fondo, sabemos que algo ha muerto en nosotros. La vocación primera parece apagarse. Es precisamente en ese momento cuando hemos de escuchar esa “segunda ilamaüa” que puede devolver el sentido y el gozo a nuestra vida. Precisamente los magos encarnan la figura del hombre o de la comunidad que atisba la llamada de Dios en los signos de los tiempos, en los hechos de su vida, en “estrellas” que invitan a caminar. Es el “kairós”, la oportunidad que Dios nos ofrece...
La Palabra nos urge, pues, a preguntarnos: ¿Qué estrella o estrellas han aparecido en mi entorno que me provocan éxodo? ¿Hacia dónde me guía esa estrella o estrellas para entablar una nueva relación con el Señor y un modo nuevo de ver y vivir?...
A los magos se les ocultó la estrella. Pero no por eso emprendieron el viaje de regreso, no por eso desistieron. Utilizaron los medios a su alcance, siguieron buscando…
Hay que caminar juntos porque, de vez en cuando, en la vida se oculta la estrella, se hace de noche y el miedo se apodera del corazón. Con compañeros al lado, la noche es menos noche. Son los días de desconcierto en que parece que Dios se ha ausentado y se ha olvidado de nosotros. “¡Ay del solo! Si cae no tiene quien le levante” (Eclo 4,10). Todos los libros del Nuevo Testamento presentan a los cristianos viviendo en comunidad, caminando juntos en estrecha fraternidad, apoyándose en momentos de debilidad y de desconcierto (1Ts 5,14; Ef 4,1-6; Flp 2,1-4).
La Palabra de Dios nos recuerda con este relato la misión de ser luz, estrellas orientadoras para los demás. Hay que partir de que Jesucristo es un derecho de todos, es luz “para alumbrar a las naciones” (Le 2,32). Y nosotros somos responsables de que otros puedan gozar de ese derecho. Ya en nuestro bautismo se nos entregó un cirio encendido en el gran cirio, símbolo de Cristo, para que seamos luz del mundo (Mt 5,14).
Estamos llamados a ser estrellas e iluminar con nuestro testimonio personal y colectivo. Testimonio de palabra, desde luego, pero sobre todo de vida. Y, juntos, testimonio de amor recíproco, de unidad, de fraternidad, como nos señaló Jesús: “Que sean uno como tú y yo, Padre, somos uno, para que el mundo crea que tú me has enviado” (Jn 17,21-23). Tertuliano testifica la admiración que suscitaba el convivir fraterno de los primeros cristianos. Los paganos, llenos de asombro, comentaban: “¡Mirad cómo se aman!”. “Que al ver vuestras buenas obras -señala Cristo- glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos” (Mt 5,16). El cardenal Suhard dijo inspiradamente: Ser testigo es llevar una vida que resulte inexplicable sin Dios.
La Epifanía es mucho más que una fiesta folclórica e infantil. La figura simbólica de los magos nos invita a seguir buscando a quien ya hemos encontrado por la fe; nos invita también a proclamar con nuestra vida, sobre todo, que Jesús es de verdad nuestro Salvador y Liberador. Charles de Foucauld repetía enardecido: Que nuestra vida grite el Evangelio." 
 





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