jueves, 1 de marzo de 2007

Llegó el momento...

Es un año de elecciones y esto genera distintas reacciones en nosotros: interés, molestia, bronca o apatía.
Pero debemos tener en claro que mientras el pesimista es un mero espectador de la tragedia humana, el optimista es el verdadero actor que a través de un compromiso de trabajo con la realidad, transformará las lágrimas y las angustias momentáneas, propias y ajenas.
Llegó el momento de pasar de la protesta a la propuesta.
Sabemos que en nuestras manos no están las soluciones a todos los problemas, pero frente a todos los problemas tenemos que poner y ofrecer nuestras manos.
Es preocupante que no participemos. ¿Cómo es posible que no nos metamos pese a todo lo que está pasando?. La participación es fundamental. Participar es ser parte de algo, dar parte nuestra. Es meterse. Nos implica y complica la vida. No podemos construir una Nación diferente con un Pueblo indiferente.
Nuestro voto es valioso e importante como participación política. Pero es insuficiente. El voto debiera ser el único acto solitario en democracia; el resto debieran ser solidarios.
¿Por qué siempre conformarnos con votar al menos malo?. No podemos dejar de tener presente que los lugares que no ocupamos nosotros, otros lo ocuparán ya que nunca quedan vacíos.
Es innegable el descreimiento hacia la clase política. Pedimos "que se vayan todos" pero muy pocos se animaron a jugarse y meterse. Llegó el momento de dejar la queja destructiva y pasar al aporte constructivo.
Se puede ser joven, honesto, trabajador, buscar el bien común, meterse en política y llegar sin traicionar los propios principios. SE PUEDE.
Hay que participar. ¿Dónde?. Donde quieras... donde te sientas cómodo (o menos incómodo). En un partido, una fundación, una institución, una ONG. Donde quieras, pero PARTICIPÁ.
Yo ya me decidí. Y vos, ¿qué estás esperando?.