jueves, 28 de marzo de 2013

Francisco y Otro Gesto

Jueves Santo. El Papa Francisco visita un Instituto de Detención Juvenil. Asesinato, robo y tráfico de drogas son los cargos de los prisioneros. Hay 38 varones y 11 mujeres, de entre 14 y 17 años. La mayoría de los detenidos son extranjeros, y muchos son musulmanes o ateos. Algunos están enfermos de SIDA y otros son adictos a distintas drogas. El Papa se reunió con ellos en el gimnasio, los escuchó, dialogó.

Lavatorio de los Pies. El Papa pidió que sus “apóstoles” fueran de todas las nacionalidades, de todas las religiones, y que haya varones y mujeres. Se arrodilló delante de 12 de los detenidos, les lavó los pies, se los secó y se los besó. Imitó el gesto de Jesús con sus doce apóstoles.

El Papa Francisco no celebró en San Juan de Letrán, sino en una cárcel de menores. Sus apóstoles eran de diferentes nacionalidades, religiones, y de ambos sexos.

Por todo lo que implica desde lo simbólico, es claramente otro gesto revolucionario. Y van…

miércoles, 20 de marzo de 2013

Dan ganas...

Con un Papa latinoamericano, argentino, peronista y de San Lorenzo, dan ganas de ser católico...

martes, 19 de marzo de 2013

Francisco y la Triple E

No esperaba mucho de este Cónclave. Ya me había decepcionado en el 2005 con un Ratzinger que desafió aquel famoso dicho que dice “quien entra Papa, sale Cardenal”. Esperaba un Scola o un Scherer, por lo que me decidí por el desinterés para no estar haciéndome malasangre.
Por una serie de casualidades, y causalidades, me encontré viendo la salida del futuro Papa en vivo y en directo, en pantalla gigante. Con la aparición del Cardenal Protodiácono, me asusté un poco. Pensé que era el nuevo Pontífice, y mi reacción fue un “no da”. Pero al escuchar el nombre de “Bergoglium” me sorprendí y, a la vez, me emocioné. No lo podía creer. Ese hombre sencillo, cercano, inteligente, pastor, que tantas veces vi, y con quien pude hablar personalmente en algunas oportunidades, se convertía en el primer Papa no europeo de la Historia de la Iglesia. De locos…
Sus primeros gestos, que se sucedieron inmediatamente, me entusiasmaron. La vestimenta austera, el saludo simple, su sonrisa y su naturalidad, me dejaron ver que era el mismo que tantas veces me bendijo, me pidió que rece por él, viajó en transporte público, caminó las villas, denunció injusticias y desafió en incontables ocasiones al orden establecido. La frase descontracturada, con un toque de humor, afirmando que lo fueron a buscar al fin del mundo, alimentó mi entusiasmo. Hacerse bendecir por el Pueblo, utilizando esta palabra tan significativa, coronó lo intuido.
El resto de sus palabras, signos y gestos, encendió la esperanza. “Como quisiera una Iglesia pobre y para los pobres”, dijo. Y ya dio señales en ese sentido. Pidió que los argentinos que quisieran viajar, donen esa plata a los pobres en vez de ir. No quiso un anillo de oro macizo. Se puso sus gastados zapatos, que se embarraron tantas veces. Eligió su nombre en honor de San Francisco de Asís, quien dio todas sus riquezas, que eran muchas, a los pobres (y no olvidemos su referencia a la paz, y al cuidado del ambiente). Contó la anécdota con el Cardenal brasilero Hummes, quien ojalá hubiese sido Papa en el 2005, que le dijo “no te olvides de los pobres”. Y en la misa de asunción citó a Mt 25: “abrir los brazos para custodiar a todo el Pueblo de Dios y acoger con afecto y ternura a toda la humanidad, especialmente los más pobres, los más débiles, los más pequeños; eso que Mateo describe en el juicio final sobre la caridad: al hambriento, al sediento, al forastero, al desnudo, al enfermo, al encarcelado”.
También se intuye una nueva mirada de lo eclesial, con una iglesia de Roma presidiendo en la caridad a las demás iglesias locales, y quizás trabajando de manera colegiada. Se esperan cambios en la tenebrosa, siempre sospechada, y con razón, curia romana. Su posición sobre el tema de los sacerdotes pedófilos, representada en lo sucedido con el Cardenal Law, también es todo un mensaje. Que su austeridad y cercanía sean noticia, habla muy bien de Francisco, pero también desnuda una Iglesia que ya no puede seguir siendo la misma. Y estoy convencido que hay muchas cosas más para cambiar. No se necesita una reforma, sino una revolución.

Se ha sembrado oscuridad sobre algunos episodios de su pasado, haciendo eje en la supuesta complicidad con la Dictadura. Confieso que hace unos años estuve preocupado por ese tema. Leí mucho al respecto. Investigué. Consulté personas cercanas, a él y a mí. Personas confiables. Y hoy puedo decir que creo en la explicación de Jorge Bergoglio. Y el apoyo de Adolfo Pérez Esquivel, Alicia Oliveira, entre tantos otros testimonios, confirma mi intuición.
También se lo ha llamado “Jefe de la Oposición”. No tengo dudas de su capacidad política, su mirada estratégica. Pero también creo que intentó mantenerse lejos de toda disputa partidaria. Su rol fue construido desde los medios, con la hábil complicidad de algunos opositores, y cierta torpeza disfrazada de conveniencia por parte del oficialismo de turno. No hay dudas que tuvo palabras duras dirigidas hacia este proyecto nacional y popular, al que personalmente apoyo críticamente. No es menos cierto que esa palabras se pueden aplicar a casi cualquier proyecto político conocido, donde hay corrupción e impunidad.
Considero que su habilidad política y mirada de estratega lo puede ayudar mucho en los pasos que tiene que dar. Citar cariñosamente a su amigo Hummes fue un claro guiño a los brasileros que, no sólo pueden estar dolidos por la designación de un argentino, sino que son los primeros que lo recibirán en una verdadera muestra de popularidad como será la Jornada Mundial de la Juventud en Río (sumemos la audiencia a Dilma). Nombrar y hacer pasar al curita que trabaja con los pobres de Uruguay, colabora en su posicionamiento como latinoamericano, algo que termina de cerrar con sus palabras a Cristina sobre la Patria Grande. Hablar de sus padres italianos, y recordar a Francisco de Asís como patrono de ese país, en su primer Angelus, le termina de abrir las puertas de la iglesia de Roma, donde será obispo. Recibir a nuestra Presidenta con un almuerzo fue otra genialidad. Y que ya se hable sobre el primer beato de su pontificado, haciendo referencia a un cura argentino, franciscano, amigo de Angelelli, mártir víctima de la Dictadura, no puede ser casualidad (agreguemos que ya tiene audiencia con Pérez Esquivel). Y no digo que todos estos gestos sean falsos, o producto del marketing. Los creo sinceros. Pero como dijo Jesús, “sean astutos como serpientes y sencillos como palomas”. Y el Papa Francisco lo ejecuta a la perfección.

Por lo visto en estos días, sigue siendo el mismo obispo cercano, austero, sencillo, que habla de la misericordia, la ternura, el perdón y la bondad. El que acompañó a las víctimas de Cromañón, incluyendo a sus familiares, y que trabajó mucho por el ecumenismo y el diálogo interreligioso. El que apoyó a los curas villeros, y se hizo Pueblo muchas veces en Luján y San Cayetano, como en tantos otros lugares. El que todos los Jueves Santo lavaba los pies de los más débiles y vulnerables. El redactor en jefe del Documento de Aparecida, donde se introdujo el revolucionario concepto de “sobrantes”. Aquel que se compromete con los pobres, que denuncia la trata de personas, el trabajo esclavo, que camina en medio de su Pueblo. El desafío es seguir hablando desde la periferia, pese a estar en el centro.
Pero quizás no siga siendo el mismo. Quizás pueda parecerse cada día más a Jesús. Quizás acceda plenamente a la libertad de los hijos de Dios, algo difícil siendo arzobispo, pero totalmente posible desde este nuevo rol que tiene que cumplir sirviendo al Pueblo de Dios.

Me alegra poder hablar de Francisco y la Triple E. Porque este Papa Francisco, esta Nueva Iglesia, me emociona, me entusiasma, y me devuelve la esperanza. Amén.

viernes, 15 de marzo de 2013

"El Papa Francisco" por Sandro Rojas

Comparto un escrito de Sandro Rojas, que representa mucho de lo que siento y pienso en estos momentos...

"Ya pasaron varias horas desde que conocí la noticia del nombramiento del Cardenal Bergoglio como nuevo Papa de la Iglesia, el Papa Francisco. A la sorpresa le siguió la emoción. Sí, la emoción… Jorge o el Padre Jorge es el Papa! Todavía no lo puedo creer. ¿Es verdad? La gente en el bajo Flores estaba feliz. Un pibe en la escuela me dice “hoy pinta foto en el ‘Face’ con el Papa” (y me narra un recuerdo personal). Todos, muchos tienen una anécdota con él. Puedo dar fe cómo “bancó” a mis amigos curas en situaciones complejísimas. Yo, en lo personal, tengo dos o tres momentos muy puntuales en mi vida personal en los que lo sentí paternalmente cerca.


Político, hábil, estratega, sutil, por momentos oscuro… sí.
Arrastra la carga de su actitud frente a la última dictadura militar argentina… también.
Pero no es menos cierto que si todos podemos dar cuenta de algún momento con él es porque fue verdaderamente un Pastor en la ciudad. Mi memoria afectiva registra lo que fueron los días de Antonio Quarracino y algunas de mis pesadillas toman cuerpo. Por lo tanto, el ministerio de Bergoglio en la Ciudad implicó, para mí, un salto cualitativo. Eso es innegable.

De un conato de gerontes jerarcas y monarcas (la mayoría de los fratelli cardenali se autocomprenden así), en donde no estaban sentados hombres de la talla de Pedro Casaldáliga (esos no llegan), no podíamos esperar que surgiera una encarnación de Angelleli o Helder Camara. 

De un espacio de asfixia curial en donde ninguna mujer tiene voz, en donde los laicos sólo aparecemos representados por la guardia suiza, personal de seguridad o algún mayordomo, no podíamos esperar un salto cualitativamente diferente.

Y paradójicamente, en ese escenario y en ese contexto, con la hermenéutica de la sospecha como actitud vital que me define, lo veo a Jorge, al Padre Jorge, al Papa Francisco, saludar con esa voz tan particularmente conocida, sonreír y decir buenas noches.

Creo firmemente que el Espíritu de Dios nos anima como Iglesia pero descreo profundamente del discurso sacralizador que pone en su nombre decisiones que encubren los manejos rancios del poder. Pero anoche me fui a dormir con un “gracias, Señor, y cuidalo mucho porque te va a necesitar”. Un hombre sólo no garantiza nada. Pero las circunstancias son las que construyen nuestro papel en el entramado de la historia. No hay mucho margen. Está bien a la luz y bien expuesta la crisis que vivimos como institución eclesial. Y siento que se abre una grieta de esperanza. Somos pueblo. Pueblo de Dios. Pueblo de los hombres y las mujeres que en conciencia queremos hacer posible el sueño inclusivo de Jesús. Con nosotros, con nuestra acción y oración nos va a encontrar el Papa Francisco. También con nuestra voz que alguna vez puede ser crítica, pero que nace del amor a nuestra vocación de ser “Comunidad” convocada y congregada desde la experiencia de Dios y alentada por el espíritu de Jesús en la construcción de su utopía.

Creo firmemente en el valor de los gestos. Y ayer hubo algunos que alientan la esperanza. La sobriedad en el vestir. La sonrisa como primera palabra. La cruz de siempre, esa que usó como obispo auxiliar y después como Cardenal Primado de la Argentina. Las palabras centradas en la ministerialidad del obispo y la relación con su Iglesia local (la palabra Papa solamente la escuchamos en el “habemus…”), en este caso el pueblo (esa sí la dijo más de una vez) de Roma. “Presidir en la caridad como obispo de Roma” es una fórmula que permite soñar con la descentralización de la monarquía autorreferencial de Roma y sus oficinas palaciegas. Uno entre sus hermanos. El primero pero con otros. Si hasta confió en la ayuda de su Vicario. Un Papa pidiendo ayuda!

Y por último los que a mí me parecen más importantes: 

*- La bendición del pueblo sobre el hermano obispo. Encarnando las palabras de Agustín: “Donde me aterra lo que soy para ustedes, allí me consuela lo que soy con ustedes. Para ustedes soy obispo. Con ustedes soy cristiano”.

*- El nombre de “Francisco”. Por primera vez el ministerio petrino asume esta singularidad. Quizás como buen jesuita esté su cariño por el patrono de las misiones. Yo espero que la referencia sea a ese enamorado de Dios, de los hombres, de la pobreza y de la creación que fue Francisco de Asís y cómo él sienta la necesidad de restaurar la Iglesia (recordemos las palabras vocacionales que Francisco de Asís experimentó en la iglesia de San Damián). Alguna vez alguien dijo que la diferencia entre Francisco de Asís y Martín Lutero fue la actitud de los Papas para con ellos. Ojalá el Papa Francisco le de voz a los que amamos profundamente nuestra identidad de Pueblo de Dios pero elevamos una voz crítica para dejar de ser “poder” y “empoderarnos” desde una opción claramente evangélica. Desde una opción urgente y definitiva por los empobrecidos, por los últimos. Y también espero que en la elección de ese nombre esté la presencia reconciliada de Francisco Jalics (yo los ví abrazarse una vez y ese gesto del Padre Francisco para con el Padre Jorge me marcó profundamente).

Con el tiempo, con el andar de los días y los meses, vamos a ver si la alegría esperanzada de hoy se vuelve realidad de un espacio más humano y liberador. O si es más de lo mismo y la vida habrá que buscarla en la periferia.

Por ahora me ilusiona su ministerio porteño. Como Obispo de la ciudad dio prioridad al trabajo pastoral. Sus obispos fueron elegidos entre los párrocos. Menos Doctores en Teología o Derecho canónico y más pastores (algunos). Suavizó el dolor de los papás y mamás de Cromañón o las víctimas del Sarmiento. Estuvo con los compañeros y compañeras de La Alameda denunciando la trata de personas y el trabajo esclavo de los niños. En el Luna Park se animó al ecumenismo en serio. En los santuarios de San Cayetano y de Luján experimentó y disfrutó la potencia de la religiosidad popular. Lavó los pies de enfermos de HIV. Pasó algunas Pascuas en la cárcel. Solidario con su hermano en el episcopado Fernando María. Aborrecido por la fraternidad lefevrista. Como Canciller de la Universidad Pontificia nombró como rector a un biblista más propenso al diálogo. No censuró a nadie por su pensamiento teológico. Metió mano en algunos negocios fraudulentos. Acompañó la pastoral villera.

La última vez Querido Padre Jorge, Papa Francisco que nos vimos me pediste dos cosas: que tuviera más hijos y que rezara por vos. Lo primero, no entra en nuestro horizonte familiar, salvo que Jesús decida lo contrario. Lo segundo descontalo. 

Que María la Madre del Pueblo te cobije y te de fuerzas para llenar de aire fresco una casa que huele mal por todos lados. Nunca compartí tu devoción por San José, pero sé que esas manos trabajadoras y paternales te están acompañando. Que San Oscar Romero y los mártires salvadoreños te iluminen la mirada y alimenten tu palabra. Y por último que San Juan Pablo I sea un espejo en el que inspirarte. Con amor de hijo, Amén."

jueves, 14 de marzo de 2013

El Papa Francisco

Mientras me hago un tiempito para escribir algo sobre el Papa Francisco, con un entusiasmo renovado, hijo de la esperanza, les dejo algunos artículos interesantes. Destacan lo novedoso, lo positivo, pero sin esquivar los grises, y algunas supuestas oscuridades. 
Desde lo personal, lo afectivo, me alegra muchísimo y me inspira confianza. Desde lo ideológico, tengo mis diferencias. Pero prefiero arriesgarme...
Comparto:

"Jorge Mario Bergoglio, ¿el nuevo Roncalli?" por ATRIO

http://www.atrio.org/2013/03/jorge-mario-bergoglio-%C2%BFel-nuevo-roncalli/

"Francisco, obispo de Roma" por Antonio Duato

http://www.atrio.org/2013/03/8867/


"Francisco, primero Bergoglio" por Oscar Campana

http://www.atrio.org/2013/03/francisco-primero-bergoglio/

"El Papa Francisco, llamado a restaurar la Iglesia" por Leonardo Boff

http://leonardoboff.wordpress.com/2013/03/14/el-papa-franciscollamado-a-restaurar-la-iglesia/


Nota en El País

http://internacional.elpais.com/internacional/2013/03/14/actualidad/1363260833_326258.html