sábado, 26 de septiembre de 2020

Vale la pena

No, no es una novela nueva; solo le cambié el título. Sí, otra vez. Pero no es solamente eso… Ingresé en otro proceso de reescritura. Les comparto.

Esta obra nació como novela hace, más menos, 15 años. Pero es hija y deudora de textos previos de géneros diversos (epistolar, diario personal y hasta musical).

A lo largo de estos años fue teniendo distintos títulos (este es el sexto), diferentes enfoques, objetivos, registros, estilos literarios, proyectos... que, a su manera, quedaron sedimentados en capas que eran todavía identificables.

En septiembre de 2018 me propuse retomar la escritura de esta obra luego de una pausa, un descanso, ¿un abandono?, de varios años. La muerte del amor de mi vida lo cambió todo y la escritura me ayudó a transitar, reorientar, el duelo.

Tiempo después me decidí y me puse plazos que fui cumpliendo.

El 14/8 di por finalizada la primera versión borrador.

El 15/8 la envié a 7 lectores cero para tener una primera devolución.

El 30/8 arribé a un texto superador, y durante la primera semana de septiembre lo estuve compartiendo con otra gente cercana.

El 8/9, finalmente, se lo envié a una profesional para que realice un informe de lectura que me llegó este 23/9.

El 24/9 me decidí a tomar el texto como un borrador y comenzar a trabajar nuevamente en la novela, pero desde otro lugar.

Este recorrido, este camino, fue muy enriquecedor y me fue transformando en múltiples sentidos. Me refiero a los tantos años de escritura, especialmente los últimos dos, pero también a ir recibiendo una retroalimentación con las y los lectores. Al principio me enojaban algunos comentarios –al fin y al cabo estaban opinando sobre mi vida- pero fui aprendiendo –más rápido de lo que hubiera pensado- a ser receptivo y proponerme como objetivo mejorar la novela.

Es una hermosa experiencia saberte leído por otras y otros que se emocionan con tus palabras, que ríen y lloran, que se sienten identificados, interpelados, que empatizan con los personajes, que se enojan, disfrutan… y que, a pedido mío, tienen la libertad de hacerte devoluciones, planteos, preguntas, sugerencias. Me ayudó –y mucho-a mejorar el texto.

Pero las 14 o 15 personas que leyeron la novela son cercanas, conocen la historia y saben que es una obra autobiográfica. En cambio, el informe de una desconocida generó un antes y un después. En gran medida por sus aportes desde lo profesional pero también por su lectura desde otra distancia.

Y acá estamos hoy, intentando hacer literatura. El informe me ayudó a objetivar muchas cosas que yo mismo me planteaba pero en las que me costaba tomar una –dolorosa- decisión. Se explicitaron también algunas consideraciones ya realizadas por lectores cero. Y algunos análisis puntuales me terminaron por definir para hacer un cambio más de fondo.

La historia sigue siendo la misma; es el corazón de la novela. Pero ahora me senté a repensar la estructura narrativa y todo lo que eso implica. Escribir de cero el comienzo. Reescribir el final. Quizás reorganizar alguna fecha. Y “podar la hojarasca”, en palabras de un amigo (eliminar ensayos, poemas, canciones, descripciones que dispersan, etc.). Solo eso llevó a que las más de 45 mil palabras se conviertan, de un plumazo, en 27 mil. Y las 242 páginas bajaron a 149.

Pero no alcanza. También me propuse trabajar más en los personajes. Depurar los que son innecesarios en la historia aunque hayan sido importantes para el autor (para mí, ja). Profundizar en las fichas, principalmente con su personalidad, su carácter, trabajando algunas incoherencias (¿reales o producto de la deformación de la memoria?). Cambiar casi todos los nombres para alejarlos más de la “history” y llevarlos con libertad a la “story”. No hacer un relato científico, exacto, sino escribir una narrativa mítica.

Es un lindo desafío que saboreo poder encarar. Y seguramente tiene que ver con un proceso personal (bio-psico-socio-espiritual) por el que ando rumbeando.

¿Vale la pena? Sí. Vale la pena.

P.D.: Al que quiera leer la última versión del “Diario de Alguien que Espera”, con toda su fidelidad a lo autobiográfico, me lo puede pedir (comentando acá o por privado). Lo tengo en pdf para leer en digital...