domingo, 26 de abril de 2015

Relatos Salvajes: Crispación, Grieta y Fin de Ciclo




Los argentinos vivimos tiempos de crispación nunca vistos. Se abrió una grieta entre el Gobierno más corrupto de la historia, y sus seguidores ultrafanáticos que cada vez son menos, con respecto al resto de la sociedad que quiere moderación, diálogo y consenso. La crisis económica profundiza esta sensación, esperada, de Fin de Ciclo. Y, lo que es peor, no hay libertad de expresión para que se pueda decir y sentir que la mayoría piensa así.

Palabras más, palabras menos, el párrafo anterior se puede leer o escuchar en la mayoría de los medios, en el taxi, en algunas reuniones familiares, en el trabajo o en el bar. Y la culpa de todo es de los kirchneristas…

En primer lugar quiero dejar en claro que no me gusta vivir en una sociedad crispada, dividida. Repudio la corrupción en todos sus niveles. Y sí creo en el diálogo y en la búsqueda de consenso, hasta donde se pueda. Así y todo, desde hace algunos años, vengo bancando este Proyecto Nacional y Popular. “¿Cómo puede ser?”, se preguntan algunos. “Incoherente”, me dicen otros. Y una minoría que no me conoce me acusa de cosas que jamás hice ni haré nunca.

Me duele haberme peleado con gente que quiero por discusiones políticas. Igualmente creo que en ningún caso fue permanente y, con el tiempo, el perdón, el afecto y lo vincular pudo más. Y creo que ya aprendí. Mis amigos, mi familia, están por encima de un partido político y una elección. Pero, a la vez, hay principios, convicciones, que hacen a mi persona y me relaciono también desde ese lugar.

Dicho todo lo anterior, quisiera que pensemos y repensemos juntos el primer párrafo con el que la mayoría de mis lectores, quizás vos, han estado de acuerdo. Seguramente leyeron o escucharon sobre el Virrey Sobremonte y su fuga con el tesoro, sobre las Guerras que se dieron en nuestras tierras, sobre Unitarios y Federales, sobre la proscripción del Peronismo, sobre la suspensión de derechos y garantías constitucionales por los Militares, sobre la tortura, asesinato y desaparición de personas, sobre el robo de bebés, sobre el menemismo y la nefasta década del 90, sobre cómo nos dejó la Alianza en el 2001… ¿Y ahora hablan de crispación, corrupción y falta libertad de expresión?.

Hay corrupción. De hecho, hay funcionarios importantes procesados: Boudou, Jaime, Miceli. Y procesados mientras este Gobierno sigue en el poder. Y hablamos de ex ministros pero también del vicepresidente en ejercicio. Y el Poder Judicial avanza en las causas. Y en todos los medios se habla del tema, quizás en proporciones superiores a la de otras causas de personajes de otros espacios políticos.

Es cierto que hay una mayor politización de la sociedad, al menos en algunos sectores, y principalmente en la juventud. Y es positivo. Y seguramente falte más. También reconozco que el kirchnerismo, como estrategia de fidelización de apoyo, fogoneó muchas veces esta llamada grieta. Jesús dijo hace mucho “el que no está conmigo, está contra mí”. Y los K siguieron esa línea. Patria o Buitres. Democracia o Corporaciones. Nosotros o Ellos. Y así…

Pero releyendo el párrafo anterior, ¿no es cierto que hay algo de eso?. Pongamos entre paréntesis, por un instante, nuestro juicio sobre el kirchnerismo. ¿No hay corporaciones, sectores de mucho poder, que tienen intereses diferentes al Pueblo?. Si para maximizar ganancias le bajan los sueldos a sus empleados, o los despiden, ¿no hay un conflicto de intereses?. Y cuando hay diferencia de poder real, ¿se puede consensuar?. No seamos ingenuos. La política es conflicto porque implica tocar intereses. El neoliberalismo lleva décadas de colonizarnos culturalmente, con complicidades por conveniencia o ineptitud, instalando que el Mercado es bueno, que el Estado es bobo, que los que tienen lo ganaron trabajando, que los que no tienen son vagos, y así…

Me parece que el kirchnerismo está llegando a un Fin de Ciclo. Pero el Proyecto Nacional y Popular, continuando muchas banderas de este movimiento, debiera reinventarse:
-         Hay que bajar, ojalá eliminar, la corrupción. No es fácil.
-         Hay que desligarse de aliados circunstanciales, funcionarios, que no debieran estar en el Proyecto: Insfrán, Alperovich, Milani, Boudou, Othacehé, etc.
-    Hay que seguir profundizando el modelo, industrializando más el país, combatiendo mejor el narcotráfico y la trata de personas, generando un crecimiento económico sustentable, cuidando el ambiente, favoreciendo la inclusión de todos los mayores de edad en el circuito laboral formal con trabajo decente, avanzando en la distribución del ingreso y de la tierra, y garantizando salud integral, educación de calidad y vivienda digna para todos y todas.
-         Hay que redireccionar las peleas hacia las Corporaciones, pero intentando revincularse con la sociedad civil, independientemente de sus ideas. La batalla es cultural…

Viví en carne propia muchas peleas y acusaciones donde lo mío era reacción, y no acción. Y en esto hay distinta vara. Se instala desde los medios. Y se replica, se repite hasta el hartazgo. Aprendí a controlarme, aunque no siempre lo consigo. Pero cuando dicen cosas en contra del kirchnerismo, muchas de las cuales yo considero injustificadas, y respondo con argumentos, con respeto, me saltan a la yugular, me descalifican desde lo ideológico pero también desde lo personal, casi me gritan, a veces me insultan, y yo, tranquilo, intento dar las razones de mis opiniones. ¿Y la libertad de expresión? ¿Y la grieta? ¿Y la crispación? ¿De qué lado quedan?.

Como dice Cristina, aunque no sea muy original, “el amor vence al odio”. Y este Proyecto Nacional y Popular enamora…


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