lunes, 18 de octubre de 2010

¿Soy Kirchnerista?

En los últimos meses, ante la mayoría de mis opiniones políticas, me preguntan, con tono de reproche, si soy kirchnerista. Harto de explicar mi posición a cada uno que me interroga, me decidí a escribir este artículo.

La respuesta, en principio, es sencilla: NO. No soy kirchnerista. Sin embargo, debo reconocer mi simpatía, desde lo simbólico, por gran parte del discurso K.
En el 2003 voté a Néstor Kirchner. En el 2007 no voté a Cristina Fernández de Kirchner, y quizás esté arrepentido. No descarto, ni aseguro, votar al kirchnerismo en el 2011.

No trabajo para el oficialismo. No cobro subsidios. No recibo bolsones de comida, ni planes sociales. Lo aclaro de entrada, porque son lo argumentos que suelen exhibirse para desautorizar opiniones favorables al kirchnerismo.

No me agradan muchos de los funcionarios oficialistas, algunos por su formación ideológica y otros porque están justificadamente sospechados de corrupción. No comparto todas las medidas que tomaron, y creo que a veces han equivocado la estrategia.

Lo que sí me entusiasma es el discurso que me gusta catalogar como justicialista de centroizquierda. Adhiero al Movimiento Nacional, Popular, Humanista, algo que representa simbólicamente el kirchnerismo. Me enamora el proyecto que tiende a la integración de la Patria Grande Latinoamericana, junto con Correa, Lugo, Lula, Evo, Mujica, Chávez, Ortega. Y suscribo los tres pilares peronistas: independencia económica, soberanía política y justicia social.

Con aciertos y errores, este Gobierno volvió a instalar el debate sobre algunos temas de esos que ya no aparecían en la agenda pública(da), revitalizando la idea de que la política es una herramienta privilegiada para transformar la realidad. Se metió con temas urticantes, tocando intereses poderosos. Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, Derechos Humanos, renovación de la Suprema Corte de Justicia, Asignación Universal por Hijo, Estatización desprivatizadora (por ponerle un nombre que englobe varios frentes), crecimiento del PBI, descenso del desempleo, de la pobreza, de la indigencia, etc., etc., etc.

Se le critica el desprecio por la República, el avasallamiento de las Instituciones, las “malas formas”. Si respetar las Instituciones de la República significa mantener el statu quo, yo no me considero un republicano. Sí me considero un demócrata, pero no en los bastardeados términos actuales sino en un sentido más profundo: que sea el Pueblo quien tenga el poder, quien gobierne. Y digo el Pueblo, no la gente y menos los consumidores.

Si existiese un kirchnerismo crítico, quizás me de una vuelta por ahí. Pero no existe. El kirchnerismo no acepta críticas, y posiblemente sea la única manera de sobrevivir a los embates de la oposición y, principalmente, los medios masivos de comunicación (específicamente los grupos hegemónicos).

Hay mucho por corregir, mucho por mejorar, mucho por hacer. Posiblemente el Gobierno esté tomando medidas más por conveniencia que por convicción. A esta altura, no es lo importante. Desde las bases debemos militar esas causas para presionar, para “correrlos por izquierda” como se suele decir. Es fundamental la batalla por la llamada Ley de Medios, ya que estamos ante una oportunidad histórica (quizás la última). Se debe profundizar el modelo de distribución de la riqueza, de justicia social, de un país para todos donde nadie quede afuera.

¿Soy kirchnerista?. Por ahora, no.

6 comentarios:

Ernesto Gabriel Cela dijo...

Estimado amigo. Coincido muchísimo con tu posteo. A mí también me gusta el discurso, aunque me parece mejor mirar lo que hacen cada uno, y si tengo que elegir entre la oposición y el Kirchnerismo, elijo en este momento el Kirchnerismo. Pero no me gusta entrar en dicotomías, no creo que la realidad de la argentina pueda definirse bipartidistamente, si me permitís el término. El bipartidismo nos hizo mucho mal, en muchos aspectos... River vs Boca... Radicales vs Peronistas... Menemistas vs Dualdistas... según las épocas, esto siempre benefició a los poderosos.
Yo también creo en que hay una inmejorable oportunidad, pero me parece que en este momento el mejor modo de ayudar a la Presidenta es no ser fanático, sino que ella siga pensando y soñando en enamorarnos, para que su gobierno mejore, porque hay muchas cosas por mejorar. Un abrazo.

SP dijo...

Justo hoy leo este artículo, y si hasta ayer podía decir que compartía tu opinión de principio a fin, quizás llega la hora de darme otra respuesta. Aunque sea un "por ahora, sí".

Saludos!

SP dijo...

Por ahora, sí?

Lic. Javier E. Giangreco dijo...

Les dejo 3 artículos que hacen sinfonía con mi escrito:

"Aseveraciones lógico-políticas" de J. P. Feinmann: http://www.pagina12.com.ar/diario/contratapa/13-155851-2010-10-28.html

"Néstor y lo que se viene" de M. Giardinelli: http://www.pagina12.com.ar/diario/especiales/subnotas/155814-50004-2010-10-28.html

"El Presidente que cambió el paradigma" de M. Wainfeld: http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-155847-2010-10-28.html

Lic. Javier E. Giangreco dijo...

Ver http://www.decadaganada.gov.ar/

Lic. Javier E. Giangreco dijo...

Ser Kirchnerista:
http://nueva-ciudad.com.ar/ser-kirchnerista/