Un tema candente en la actualidad es la defensa de la vida humana desde su concepción. Se está instalando en este mundo globalizado una cultura de la muerte que, entre otras cosas, promueve la legalización del aborto provocado. Y no queda en un problema meramente político-legal sino que incumbe a las áreas médico-biológica, psicológica, filosófico-moral y pastoral-religiosa. Tampoco podemos olvidar lo económico, ya que tendríamos que ser muy ingenuos para ignorar el gran negocio que se esconde tras el aborto, así como los intereses políticos de las grandes potencias mundiales.
Ahora bien, sea cual fuere el área desde donde analicemos el tema, el quid de la cuestión es desde cuándo hay vida humana y, en segunda instancia, si es lícito o no eliminarla tanto desde el punto de vista legal como moral.
Vamos a remitirnos aquí a argumentos científicos, sin necesidad de entrar en disquisiciones sociológicas, filosóficas o religiosas que pueden generar más divisiones. (Aclaración: ponemos en cuestión la ciencia como saber hegemónico, sabiendo que se encuentra atravesada por el tema de la verdad y el poder pero, a la vez, no desconocemos que aparece como dato a interpretar en este debate). La biogenética actual demuestra claramente que desde el momento mismo de la concepción (cuando el espermatozoide fecunda al óvulo) existe un nuevo ser humano distinto de sus padres. Ese huevo o cigoto contiene toda la información genética que nos acompañará durante toda nuestra vida; sólo se agregará oxígeno, alimentación y nuestras decisiones más o menos libres. Hoy somos quienes somos porque en algún momento fuimos esa primera célula humana. Si la hubiesen eliminado en ese instante, o en cualquier otro momento subsiguiente, hoy no estaríamos aquí. Los partidarios del aborto son siempre aquellos que tuvieron la oportunidad de nacer. Si estás leyendo este texto es porque fuiste cigoto, embrión y feto durante los primeros meses de tu vida.
Vale aclarar que no hablamos de un ser humano en potencia sino de un ser humano con potencialidades. Cigoto, embrión, feto, bebé, niño, adolescente, joven, adulto y anciano son etapas evolutivas del mismo y único ser humano. ¿Quién estaría a favor de asesinar a un bebé indefenso?. ¿Y a un anciano?. Tampoco lo justificaríamos con una niña, y ni siquiera con adolescentes, jóvenes o adultos. ¿Por qué permitir entonces que se los mate en otra etapa de su vida?.
Hay que tener en cuenta que es un tema tan claro (defender siempre la vida desde su comienzo en la concepción) como complejo (la multicausalidad, las personas involucradas, la conciencia moral, la libertad, etc.) La propuesta es educar en la cultura de la vida con argumentos claros, convincentes, serios y verdaderos. Si esto se hace, y bien, estaremos ganando la batalla a favor de la cultura de la vida. Sucede que decimos No al aborto, porque antes dijimos un SÍ enorme a la vida.
Ahora bien, sea cual fuere el área desde donde analicemos el tema, el quid de la cuestión es desde cuándo hay vida humana y, en segunda instancia, si es lícito o no eliminarla tanto desde el punto de vista legal como moral.
Vamos a remitirnos aquí a argumentos científicos, sin necesidad de entrar en disquisiciones sociológicas, filosóficas o religiosas que pueden generar más divisiones. (Aclaración: ponemos en cuestión la ciencia como saber hegemónico, sabiendo que se encuentra atravesada por el tema de la verdad y el poder pero, a la vez, no desconocemos que aparece como dato a interpretar en este debate). La biogenética actual demuestra claramente que desde el momento mismo de la concepción (cuando el espermatozoide fecunda al óvulo) existe un nuevo ser humano distinto de sus padres. Ese huevo o cigoto contiene toda la información genética que nos acompañará durante toda nuestra vida; sólo se agregará oxígeno, alimentación y nuestras decisiones más o menos libres. Hoy somos quienes somos porque en algún momento fuimos esa primera célula humana. Si la hubiesen eliminado en ese instante, o en cualquier otro momento subsiguiente, hoy no estaríamos aquí. Los partidarios del aborto son siempre aquellos que tuvieron la oportunidad de nacer. Si estás leyendo este texto es porque fuiste cigoto, embrión y feto durante los primeros meses de tu vida.
Vale aclarar que no hablamos de un ser humano en potencia sino de un ser humano con potencialidades. Cigoto, embrión, feto, bebé, niño, adolescente, joven, adulto y anciano son etapas evolutivas del mismo y único ser humano. ¿Quién estaría a favor de asesinar a un bebé indefenso?. ¿Y a un anciano?. Tampoco lo justificaríamos con una niña, y ni siquiera con adolescentes, jóvenes o adultos. ¿Por qué permitir entonces que se los mate en otra etapa de su vida?.
Hay que tener en cuenta que es un tema tan claro (defender siempre la vida desde su comienzo en la concepción) como complejo (la multicausalidad, las personas involucradas, la conciencia moral, la libertad, etc.) La propuesta es educar en la cultura de la vida con argumentos claros, convincentes, serios y verdaderos. Si esto se hace, y bien, estaremos ganando la batalla a favor de la cultura de la vida. Sucede que decimos No al aborto, porque antes dijimos un SÍ enorme a la vida.
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