“…Están ante un final de etapa que, como siempre, viene
acompañado de un nuevo comienzo. Es un buen momento para mirar hacia atrás, al
pasado, y también hacia adelante, al futuro. Siempre con los pies en el hoy, en
el presente. Por eso les voy a hablar, principalmente, de dos cosas: memoria
agradecida y rumbear por el camino de la felicidad.
Memoria
agradecida por todo lo vivido. Compartieron muchos años juntos. Si los invito a
revisar ahora, deben aparecer un montón de recuerdos que atesoran en el corazón…
Pero
la vida sigue, y empiezan una nueva etapa. Y como dijo
Aristóteles, la felicidad es el fin último de la vida del hombre (y de la mujer
también). Sean felices, sigan siendo felices. Hablamos bastante sobre este tema
en clase, y en estos días releí lo que escribieron ustedes... A partir de sus
palabras, de lo que charlamos, quisiera decirles dos cosas:
Primero: Nadie es
feliz solo. Somos felices con otros: amigos, familia, en comunidad. Y ustedes
lo saben bien, porque así lo dijeron, y así lo viven.
Segundo: Vamos a
tomarnos el atrevimiento de corregir a Aristóteles, o complementarlo: creo que
no venimos a este mundo para ser felices a secas y nada más. Estamos llamados
también a ser valiosos, es decir, que nuestra vida colabore a que otros también
sean felices. Muchas veces la vida nos golpea, las cosas son difíciles, y sin
embargo uno intenta ser feliz. Feliz a pesar de… a pesar de tantas cosas que
nos fueron pasando. Pero, además, la invitación es a ser valiosos. Que su
vocación, su proyecto de vida, sus sueños, los lleven a multiplicar la
felicidad, a contagiar el sentido de la vida. Sean hombres y mujeres de
esperanza, que irradien alegría. En fin, vivan para amar y ser amados; es
simple, todo se resume en eso. Y confiamos que así será…
Lo último: no dejen
de ser buenas personas. Muy posiblemente aprendieron menos de lo que los profes
quisimos enseñarles, pero les aseguro que mucho más de lo que ustedes creen. Ya
se van a dar cuenta con el tiempo. Y hablo de conceptos, habilidades, pero
también de valores. Valores que traían de sus familias, que vivimos en el cole,
y que son los que hacen que podamos decir que ustedes son personas de buen
corazón. Hagan memoria agradecida de todo lo vivido estos años, y pónganse en
camino sin dejar de lado estos principios y valores hechos vida.
Queridos chicos y
chicas. Como hace un rato en la misa, y ahora nuevamente, le pido a Dios, de
todo corazón, que sean muy felices y nos sigan haciendo felices a todos los que
tenemos la gracia de compartir la vida con ustedes. Que San Rafael los siga
acompañando en el camino. Que nuestra Madre del Cielo, la Virgen María, los
siga cuidando. Y que nunca dejen de confiar en el Sagrado Corazón, que les
regale poder tener un corazón cada vez más parecido al Suyo.
Los quiero mucho. Muchas gracias. Hasta siempre”
(Fragmento de unas Palabras de Despedida a los Egresados)
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