Ponete en
situación. Sos docente de Psicología de 4to año del secundario. Estamos a fines
de febrero y tenés frente a vos a un alumno que debe rendir y aprobar esa
materia para pasar a 5to año.
¿Por qué ese
alumno llegó a esa situación?. No importa. En realidad sí, y mucho, pero ni
siquiera hace falta sensibilizar, generar empatía, contando sobre el contexto
social, su situación familiar, personal. Imaginateló. Es más, inventate varias
situaciones posibles.
Lo cierto es
que debe Inglés de 3er y 4to año. Esas dos asignaturas. Psicología, la materia
de la que sos docente, sería la tercera…
¿Por qué ese
alumno llegó a esa situación en Psicología?. No importa. En realidad sí, y
mucho. ¿Hiciste como profe todo lo posible para que se motive, para que se
interese, para que tu enseñanza sea significativa y él desee aprender?. Pero
dejémoslo entre paréntesis. Es más, hagamos de cuenta que sí. Que te formaste
de la mejor manera posible, que planificaste el año, que preparaste tus clases,
que intentaste una educación personalizada, que te acercaste, que te
preocupaste, que te interesaste por el pibe, que buscaste generar vínculo. Y
así y todo, no lo aprobaste, es decir, no aprobó. Se la llevó, digamos. No
sabemos a dónde, pero se la llevó…
Demos por
descontado que tu objetivo no es cobrar un sueldo y nada más. Que sos un
docente profesional y que, también, tenés vocación, pasión, por lo que hacés,
por lo que sos. Compartís que la secundaria debe habilitar a los/las
adolescentes y jóvenes para el ejercicio pleno de la ciudadanía, para el
trabajo y para la continuación de los estudios. Querés que ese pibe, y todos
los pibes, se formen, sean mejores, que puedan ser capaces de construir su
proyecto de vida como camino de felicidad. Ponele. Y que la psicología, la
asignatura de la que sos profe, es importante para eso. Y estás convencido.
¿Qué tenés
pensado hacer en ese examen?. Está la posibilidad de que haya estudiado. Y más
aún, que haya aprendido. Y más todavía, que te lo pueda comunicar de manera
eficaz. Porque puede pasar que no haya estudiado. O que haya estudiado, con
esfuerzo, pero no lo haya aprendido. O que lo haya aprendido pero no pueda
demostrarlo, sea por falta de herramientas (¿se las enseñamos en las escuelas?)
o hasta por nervios (no debe ser fácil estar a una nota, a un número, de
repetir el año con todo lo que eso implica a nivel personal, familiar, grupal,
etc.).
¿Qué tenés
pensado hacer en ese examen?. Porque también está la posibilidad de que no haya
estudiado. En ese caso, tal vez ni se presente. O, presionado por alguien, un otro,
vaya igual. Porque quizás no le dijo a nadie que no estudió. Y estira su
agonía…
¿Qué tenés pensado hacer en ese examen?.
Ponele que lo reprobas y el pibe se vuelve a su casa. Sigue sin saber
psicología. Está mal. Muy posiblemente tenga un conflicto familiar. Se bajonea,
quizás mucho, porque no va a poder compartir con sus amigos y amigas ese
fabuloso 5to año que tanto anhela. ¿Dejará los estudios?. Ojalá que no. Tal vez
baje su autoestima, lo que nunca es bueno.
Hagamos de
cuenta que continúa con su trayectoria escolar. Que al año siguiente decide
seguir en una institución educativa. Deberá recursar todas las materias de 4to
año. Ponele que sean 12, 10 de las cuales ya aprobó. Y sabemos que eso ni
siquiera significa que las haya aprendido. De hecho, algunos (¿la mayoría?) aprueban
todas sin haber aprendido. Quizás otro que aprobó solamente 10, las mismas que
él, inclusive aprendiendo menos, pase a 5to sin necesidad de recursar nada.
Porque los que son promovidos, egresan, suelen aprender el oficio de alumno (es
decir, cómo hacer para aprobar, convivir, permanecer, pasar, etc.) y lo que
certificamos como escuelas, como sistema, no es aprendizaje sino escolaridad.
Pero sigamos…
¿Qué
diferencia había entre aprobarlo o no en ese examen?. “Le enseñamos
responsabilidad”, dirá alguno. Lo pongo en duda, por él y por otros que pasaron
de año sin ser responsables. “Ahora sí va a estudiar psicología”, afirman otro.
¿Por qué?. ¿Qué garantiza que ahora vas a lograr como docente lo que antes no
lograste?. ¿Pedagogía del miedo a repetir?. ¿Antes no la tuvo y ahora sí?.
Dudas. Muchas dudas. Preguntas. Muchas preguntas.
“¿Entonces
proponés que lo hagamos pasar sin saber, que lo aprobemos sin exigir nada?”, me
preguntará alguno entre confundido y ofendido. No. Propongo que cambiemos el
sistema. Que hagamos una verdadera
revolución educativa. Este caso es apenas un ejemplo que nos provoca, nos
zarandea, nos desestructura, nos incomoda, en fin, nos hace pensar y repensar,
sin dejar de sentir.
Ponete en situación.
Sos docente de Psicología de 4to año del secundario. Estamos a fines de febrero
y tenés frente a vos a un alumno que debe rendir y aprobar esa materia para
pasar a 5to año.
¿Qué tenés
pensado hacer en ese examen?...
No hay comentarios:
Publicar un comentario