"Los organismos financieros
internacionales han de velar por el desarrollo sustentable de los países y la
no sumisión asfixiante de éstos a sistemas crediticios que, lejos de promover
el progreso, someten a las poblaciones a mecanismos de mayor pobreza, exclusión
y dependencia."
"El panorama mundial hoy nos
presenta, sin embargo, muchos falsos derechos, y –a la vez– grandes sectores
indefensos, víctimas más bien de un mal ejercicio del poder: el ambiente
natural y el vasto mundo de mujeres y hombres excluidos. Dos sectores
íntimamente unidos entre sí, que las relaciones políticas y económicas
preponderantes han convertido en partes frágiles de la realidad. Por eso hay
que afirmar con fuerza sus derechos, consolidando la protección del ambiente y
acabando con la exclusión."
"La exclusión económica y
social es una negación total de la fraternidad humana y un gravísimo atentado a
los derechos humanos y al ambiente. Los más pobres son los que más sufren estos
atentados por un triple grave motivo: son descartados por la sociedad, son al
mismo tiempo obligados a vivir del descarte y deben sufrir injustamente las
consecuencias del abuso del ambiente. Estos fenómenos conforman la hoy tan
difundida e inconscientemente consolidada “cultura del descarte”."
“El mundo reclama de todos los
gobernantes una voluntad efectiva, práctica, constante, de pasos concretos y
medidas inmediatas, para preservar y mejorar el ambiente natural y vencer
cuanto antes el fenómeno de la exclusión social y económica, con sus tristes
consecuencias de trata de seres humanos, comercio de órganos y tejidos humanos,
explotación sexual de niños y niñas, trabajo esclavo, incluyendo la
prostitución, tráfico de drogas y de armas, terrorismo y crimen internacional
organizado. Es tal la magnitud de estas situaciones y el grado de vidas
inocentes que va cobrando, que hemos de evitar toda tentación de caer en un
nominalismo declaracionista con efecto tranquilizador en las conciencias.
Debemos cuidar que nuestras instituciones sean realmente efectivas en la lucha
contra todos estos flagelos.”
“No hay que perder de vista, en
ningún momento, que la acción política y económica, solo es eficaz cuando se la
entiende como una actividad prudencial, guiada por un concepto perenne de
justicia y que no pierde de vista en ningún momento que, antes y más allá de
los planes y programas, hay mujeres y hombres concretos, iguales a los
gobernantes, que viven, luchan y sufren, y que muchas veces se ven obligados a
vivir miserablemente, privados de cualquier derecho.”
“Para que estos hombres y mujeres
concretos puedan escapar de la pobreza extrema, hay que permitirles ser dignos
actores de su propio destino. El desarrollo humano integral y el pleno
ejercicio de la dignidad humana no pueden ser impuestos.”
“Al mismo tiempo, los gobernantes
han de hacer todo lo posible a fin de que todos puedan tener la mínima base
material y espiritual para ejercer su dignidad y para formar y mantener una
familia, que es la célula primaria de cualquier desarrollo social. Ese mínimo
absoluto tiene en lo material tres nombres: techo, trabajo y tierra; y un
nombre en lo espiritual: libertad del espíritu, que comprende la libertad
religiosa, el derecho a la educación y los otros derechos cívicos.”
“Por todo esto, la medida y el
indicador más simple y adecuado del cumplimiento de la nueva Agenda para el
desarrollo será el acceso efectivo, práctico e inmediato, para todos, a los
bienes materiales y espirituales indispensables: vivienda propia, trabajo digno
y debidamente remunerado, alimentación adecuada y agua potable; libertad
religiosa, y más en general libertad del espíritu y educación. Al mismo tiempo,
estos pilares del desarrollo humano integral tienen un fundamento común, que es
el derecho a la vida y, más en general, lo que podríamos llamar el derecho a la
existencia de la misma naturaleza humana.”
“Las nefastas consecuencias de un
irresponsable desgobierno de la economía mundial, guiado solo por la ambición
de lucro y de poder, deben ser un llamado a una severa reflexión sobre el
hombre”
“Si se respeta y aplica la Carta de las Naciones Unidas
con transparencia y sinceridad, sin segundas intenciones, como un punto de
referencia obligatorio de justicia y no como un instrumento para disfrazar
intenciones espurias, se alcanzan resultados de paz. Cuando, en cambio, se
confunde la norma con un simple instrumento, para utilizar cuando resulta
favorable y para eludir cuando no lo es, se abre una verdadera caja de Pandora
de fuerzas incontrolables, que dañan gravemente las poblaciones inermes, el
ambiente cultural e incluso el ambiente biológico.”
“La casa común de todos los
hombres debe continuar levantándose sobre una recta comprensión de la
fraternidad universal y sobre el respeto de la sacralidad de cada vida humana,
de cada hombre y cada mujer; de los pobres, de los ancianos, de los niños, de
los enfermos, de los no nacidos, de los desocupados, de los abandonados, de los
que se juzgan descartables porque no se los considera más que números de una u
otra estadística. La casa común de todos los hombres debe también edificarse
sobre la comprensión de una cierta sacralidad de la naturaleza creada.”
“El gaucho Martín Fierro, un clásico de la
literatura en mi tierra natal, canta: “Los hermanos sean unidos porque esa es
la ley primera. Tengan unión verdadera en cualquier tiempo que sea, porque si
entre ellos pelean, los devoran los de afuera”. El mundo contemporáneo,
aparentemente conexo, experimenta una creciente y sostenida fragmentación
social que pone en riesgo "todo fundamento de la vida social" y por
lo tanto "termina por enfrentarnos unos con otros para preservar los
propios intereses" (Laudato si’, 229).”
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