"El sueño de los curas villeros que se hizo realidad" en Valores Religiosos
UNA INICIATIVA QUE APOYO EL CARDENAL BERGOGLIO
El sueño de los curas villeros que se hizo realidad
Por:
María Montero
Comenzaron las clases en el primer colegio secundario de la
villa porteña del Bajo Flores. Es un bachillerato orientado a la
comunicación.
Con una población de más de 45 mil personas, en su mayoría niños y
jóvenes, la Villa 1-11-14 de Bajo Flores acaba de inaugurar su primera y
única escuela secundaria. A cargo de la parroquia María Madre del
Pueblo y con el mismo nombre, es otro de los tantos proyectos de
acompañamiento a los sectores más vulnerables que vienen realizando los
curas villeros desde hace décadas. "Hablamos con los vecinos, escuchamos
sus necesidades y les damos respuestas concretas", dice el padre
Gustavo Carrara, uno de los tres sacerdotes que atienden a 60 mil
personas entre la villa, la capilla del club San Lorenzo y la de
Copacabana, del barrio Charrúa. Se trata de un Bachiller orientado en
Comunicación. Al ser parroquial, da catequesis una vez por semana,
aunque Carrara advierte que lo religioso atraviesa la vida del barrio y
esto hace que los chicos se acerquen solos a pedir una bendición o una
estampa. "Lo sagrado forma parte de su vida cotidiana –dice- por lo que
buscamos recoger esa fe de abuelos o padres que viene con usos,
costumbres y tradiciones religiosas muy ricas de la culturas boliviana,
peruana y paraguaya". Por ahora se abrió el 1º año con 34 estudiantes y 9
en lista de espera. Luego se irán agregando cursos en la medida que
avance la construcción. La obra fue grande. Primero tuvo que
acondicionarse otro predio para trasladar una guardería que funcionaba
en el lugar, antes de demoler y hacer los cimientos del nuevo colegio.
Los primeros fondos surgieron del gesto solidario para obras de
necesidad que todos los años realizan las iglesias y colegios católicos
de Buenos Aires durante el tiempo de Cuaresma. Así, a principios de
2013, el entonces Cardenal Jorge Bergoglio aprobó la construcción del
secundario dentro de la Villa. Muchos de los alumnos ya participaban en
otros espacios pastorales, como el movimiento infantil de liderazgo
positivo, donde los más grandes se hacen cargo de los chicos. Esto hace
que los jóvenes se sientan capaces y valiosos mientras que los niños ven
a un referente que los cuida y escucha, alguien con quien
identificarse. También del club atlético que agrupa a más de 1200
jóvenes, que practican todo tipo de deportes y actividades. "La villa es
muy grande e intentamos que tengan una pertenencia- apunta el padre
Gustavo- esto hace que haya una circularidad entre los distintos
sectores". En este sentido, dice que tener una escuela secundaria "es un
paso de madurez en el camino de acompañamiento de niños y adolescentes,
que son tantos en nuestros barrios". Víctor es uno de ellos. Con 16
años es el más grande del curso. "Repetí 1º año en un colegio, me
echaron de otro y decidí que no quería estudiar más –cuenta-. Un día,
cuando llego a casa de jugar a la pelota, el padre Gustavo estaba en mi
casa. Me dijo: vos vas a estudiar, yo sé que podés. Él me conoce del
movimiento infantil, de la murga y siempre estoy ayudando en lo que
puedo en la parroquia. Lo pensé y ahora voy a ponerme las pilas para
terminar". También Elizabeth, de 14, participa activamente de todas las
propuestas de la parroquia. "Pensaba que eso bastaba, que el colegio no
era para mí -explica –, pero ahora que se abrió la escuela quiero
estudiar acá y terminar 5º año en mi barrio". Javier Giangreco, rector
del colegio, advierte que muchas familias no están presentes porque el
padre los dejó y la madre tiene que trabajar todo el día. "Los chicos
están solos con todas las ofertas que eso implica acá". Frente a esa
realidad, asegura que "la escuela también es valorada por los chicos". Y
a modo de ejemplo señala: "Se forman a las 8.15, pero 7.10 ya están
esperando en la puerta, cosa que no pasa en ningún colegio". En el bajo
flores Mensaje papal Distintas celebraciones habrá en la Argentina para
conmemorar el jueves el primer año de papado de Francisco. En la villa
del Bajo Flores van a proyectar por pantalla gigante una entrevista
exclusiva que el Papa concedió hace unos días a la radio comunitaria
local. En la misma, grabada en Santa Marta, el pontífice habla de
educación, trabajo y la presencia de la Iglesia y de Jesús en los
barrios más carenciados.
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