sábado, 31 de agosto de 2013

Jesús, la Iglesia, el Papa y el Reino (o aquello en lo que creo que creo)



En este momento de mi vida ya no tengo muy claro en qué creo. Pero sí en quién. Sigo creyendo en un Dios que es Amor, que se hizo hombre, se abajó, y que por anunciar el Reino con palabras y obras lo terminaron matando. Creo en un Dios que sigue presente en la Historia, que acompaña, que sostiene, que es cercano, que sale al encuentro, y que respeta la libertad del hombre. Creo en un Dios que aborrece la injusticia y nos quiere felices. Y no sé si mucho más. Todas esas capas de doctrinas, normas y preceptos que la Iglesia le fue tirando encima sólo me llevan a cuestionarme mi pertenencia a lo que debiera ser, para mí, una Comunidad de Fe, Fraterna, que Celebra la Vida, que se Encuentra, que Anuncia el Reino con palabras y acciones, y que Denuncia todo lo que se opone a ese Sueño de Dios para todos nosotros, ese Banquete para todas y todos, inclusivo, de Vida en abundancia, donde nadie quede afuera.
Estoy cansado de una Iglesia que no deja vivir en la libertad de los hijos de Dios, manipulando, operando sobre las conciencias, tratando a las personas como ovejas de un rebaño, haciendo hincapié en lo de ovejas, imponiendo y no proponiendo, demasiado alejada de las necesidades reales del Pueblo, machista, retrógrada y en exceso autorreferencial; que casi siempre, y en todos lados, termina siendo funcional a la derecha, que sólo se preocupa por temas de moral sexual (o que le dedica demasiado tiempo a esos temas y no a otros), que predica una cosa y hace otra, que sigue defendiendo la mentirita de algunos dogmas e interpretaciones bíblicas, y que le tiene mucho miedo a la desclericalización, al Pueblo.
Que los gestos de austeridad y cercanía de Francisco sean noticia, sean considerados revolucionarios, habla muy bien del Papa, pero muy mal de la Iglesia. Se necesitan cambios urgentes, cambios de fondo, estructurales. Se necesita una revolución, y no hay mejor modelo de revolucionario que el propio Jesús. Me entusiasma escuchar al Papa decir “hagan lío”, pero hay tantas interpretaciones diversas que no sé si los frutos serán los que yo espero. Y quizás no tengan que serlo, porque no descarto que el equivocado sea yo. Eso también lo tengo claro.
“Confieso” que me emociona ver al Papa hacer muchos gestos, decir cosas provocativas, y lo que más me conmueve es que otros vean que se puede hacer algo diferente. Me pasa algo similar a lo que siento por San Lorenzo: sé que el fútbol es un negocio, manejado por intereses espurios, pero no dejo de ver los partidos, festejar los goles, y mi humor no es el mismo si ganamos o perdemos. Y siempre me esperanzo en ganar el campeonato. En ambos casos…
Escribió Loisy, con maravillosa ironía, que Jesús vino a anunciar el Reino pero le salió la Iglesia. Frase tan provocativa como las que lanzaba Jesús en su época, y en línea con lo que pusieron en su boca los evangelistas al referirse a los fariseos. Hay que volver al sentido de la praxis de Jesús. La ley está hecha para el hombre y no al revés. La letra mata, pero el espíritu vivifica. Jesús fue un provocador, un revolucionario. Vino a anunciar el Reino, a vivirlo, hasta el final. Por eso causaba escándalo. Y si la Iglesia obstruye o demora la construcción del Reino, lo que falla es la Iglesia.
Creo en ese Dios que “derribó a los poderosos de su trono y elevó a los humildes, que colmó de bienes a los hambrientos y despidió a los ricos con las manos vacías” (Lc 1, 52-53). Creo en el Jesús que fue enviado a “llevar la Buena Noticia a los pobres, a anunciar la liberación a los cautivos y la vista a los ciegos, a dar la libertad a los oprimidos y proclamar un año de gracia del Señor” (Lc 4, 18-19). El mismo que dijo “¡Felices ustedes, los pobres, porque el Reino de Dios les pertenece!... Pero ¡ay de ustedes los ricos, porque ya tienen su consuelo!” (Lc 6, 20-24). “Felices los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados. Felices los misericordiosos, porque obtendrán misericordia. Felices los que tienen el corazón puro, porque verán a Dios. Felices los que trabajan por la paz, porque serán llamados hijos de Dios. Felices los que son perseguidos por practicar la justicia, porque a ellos les pertenece el Reino de los Cielos” (Mt 5, 6-10). 
Porque al final, como decía San Juan de la Cruz, seremos examinados en el amor. San Agustín lo expresaba de una manera muy linda: “amá y hacé lo que quieras… hagas lo que hagas, hacelo por amor”. Y escucharemos esa Voz que nos diga “Vengan, benditos de mi Padre, y reciban en herencia el Reino que les fue preparado desde el comienzo del mundo, porque tuve hambre, y ustedes me dieron de comer; tuve sed, y me dieron de beber; estaba de paso, y me alojaron; desnudo, y me vistieron; enfermo, y me visitaron; preso, y me vinieron a ver”. Los justos le responderán: “Señor, ¿cuándo te vimos habriento, y te dimos de comer; sediento, y te dimos de beber? ¿Cuándo te vimos de paso, y te alojamos; desnudo, y te vestimos? ¿Cuándo te vimos enfermo o preso, y fuimos a verte?”. Y el Rey les responderá: “Les aseguro que cada vez que lo hicieron con el más pequeño de mis hermanos, lo hicieron conmigo”. (Mt 25, 34-40)

martes, 13 de agosto de 2013

¿Se puede votar al Kirchnerismo sin ser K?



Aquellos que me siguen en las Redes Sociales ya deben saber, a esta altura, que me gustaría que al Frente Para la Victoria le vaya mejor en las elecciones definitivas de Octubre. Y no es un deseo meramente electoralista. Considero que, entre las alternativas existentes, es la mejor opción para representar el Proyecto que quiero para mi País.
Hace casi tres años escribí un artículo titulado “¿Soy kirchnerista?” explicando mi posición con respecto al kirchnerismo, y mucho no se ha modificado. Allí decía que “ante la mayoría de mis opiniones políticas, me preguntan, con tono de reproche, si soy kirchnerista”, algo que me sigue sucediendo. Al momento de escribirlo habían pasado siete años de gobierno K y yo los había votado solamente en la presidencial del 2003, en lo que sería el inicio de este proceso.
Allí dejaba en claro algunas de mis críticas, que todavía hoy sostengo. “No me agradan muchos de los funcionarios oficialistas, algunos por su formación ideológica y otros porque están justificadamente sospechados de corrupción. No comparto todas las medidas que tomaron, y creo que a veces han equivocado la estrategia”. Y hacia el final del mismo artículo decía que “hay mucho por corregir, mucho por mejorar, mucho por hacer. Posiblemente el Gobierno esté tomando medidas más por conveniencia que por convicción. A esta altura, no es lo importante. Desde las bases debemos militar esas causas para presionar, para “correrlos por izquierda”…”.
El FPV necesita sumar votos en Octubre. ¿Cómo?. Exactamente, no sé. Pero personalmente jamás apoyaría medidas electoralistas, destinadas a captar sufragios, que vayan en contra de este proceso nacional y popular. El que busca representantes del Pueblo que vuelvan a mirar para EE.UU. o Europa, que vuelvan a dolarizar la economía, que propongan reprimir las protestas sociales, que prefieran el libre mercado y vuelvan a desaparecer el rol del Estado como igualador de oportunidades, que sólo hablen de seguridad personal, individual, en términos de conservar la propiedad privada, que voten a otro partido. Y lo digo con total honestidad intelectual. Son opciones. No las comparto. Las voy a discutir. Pero las respeto.
Los gurúes del marketing político saben que evitar la confrontación permite sumar votos (y provocarla, quizás, permita fidelizarlos). Por eso Massa, Macri, Michetti y Scioli, entre otros, hablan sin decir nada, nunca se juegan, siempre tratan de quedar bien, de hablar de lo positivo, del optimismo, del diálogo, de los valores… Eso no es política. A lo sumo es una estrategia comunicacional. Sé que muchas personas quieren escuchar eso, y los votan. Lo respeto. Pero gobernar es tocar intereses, es defender a los más débiles, es enfrentar a los poderosos. No se puede negociar con alguien más grande, y que quiere cada vez más. Y si se negocia, el que pierde siempre es el Pueblo.
Ojalá se tomen acciones decididas, valientes, para combatir la corrupción. Me darían más ganas de votarlos, y de militar más activamente esta concreción del proyecto nacional y popular. Y espero políticas concretas para seguir redistribuyendo la riqueza, es decir, tocando intereses de poderosas corporaciones, de los privilegiados que siempre ganan y nunca pierden. Quizás, como consecuencia, se sumen votos, algo fundamental para seguir profundizando este modelo. Después habrá que pensar en instalar candidatos que representen este proyecto y puedan sostenerlo, lo que necesariamente implica volver a ganar en las urnas en 2015.
En aquel escrito expresaba claramente que “si existiese un kirchnerismo crítico, quizás me de una vuelta por ahí. Pero no existe. El kirchnerismo no acepta críticas, y posiblemente sea la única manera de sobrevivir a los embates de la oposición y, principalmente, los medios masivos de comunicación (específicamente los grupos hegemónicos)”. En otra publicación, más cercana en el tiempo, reflexionaba que “más allá de lo que se hizo mal o no se hizo, de intereses espurios, de actos de corrupción siempre condenables, hay un proyecto nacional y popular que se instala en el imaginario”. En la vida hay que elegir y yo, por ahora, elijo eso.


domingo, 11 de agosto de 2013

El cristal con que se mira...

"No hay hechos, sólo interpretaciones
F. Nietzsche

Titulares Oficialistas

Oficial: El kirchnerismo se impone en el país (InfoNews)
En Capital, primera Michetti y segundo Filmus (InfoNews)
Diputados Ciudad: gana Bergman, segundo Cabandié (InfoNews)

Titulares Opositores

Massa se impone en Buenos Aires y llegó exultante a su búnker (Clarín)
El kirchnerismo pierde en los principales distritos (Clarín)
Michetti se impondría y UNEN es la segunda fuerza en la Ciudad (Clarín, a las 22.20 hs)


sábado, 10 de agosto de 2013

¡Feliz Primer Voto!



Este domingo muchísimos jóvenes, adolescentes, estarán votando por primera vez. En realidad ya votaron muchas cosas a lo largo de su vida, desde una encuesta en facebook hasta el buzo y la empresa del viaje de egresados. Pero esta vez van a elegir a sus representantes, única forma de gobernar que tiene el Pueblo según nuestra Constitución Nacional (aunque sea algo discutible, no responde a los fines de este humilde escrito).
Estando en tercer año, recuerdo, seguí bastante de cerca la campaña presidencial del 95. Quería que el FREPASO, con la fórmula Bordón-Álvarez, le gane a Menem. Leía los diarios buscando información y miraba algo en la tele, ya que todavía no tenía acceso a Internet. Charlaba en casa, con mis viejos, y hasta discutíamos en el cole, alguna que otra vez, en clases de Cívica. Pero no podía votar…
En el 99 fue mi primera vez. Las ganas de votar de años anteriores se enfrentaban a una triste realidad: no me gustaba la sensación de tener que darle un voto a personas que no me representaban. Y sentía que nadie me representaba. Finalmente, luego de evaluar variadas opciones, voté en blanco para presidente. Qué debut. Solamente volví a votar en blanco una sola vez, para las elecciones a Jefe de Gobierno del 2003. Pese a que le reconozco cierto valor simbólico, en el sistema electoral argentino pierde fuerza.
En estos catorce años ininterrumpidos de sufragios reconozco que he votado de todo, y por razones bien diversas. He votado izquierda, centro y derecha, en sus incontables matices. He votado personas, ideas y proyectos. He votado a favor y en contra. He votado útil y he votado testimonial. Me he votado a mí, dudando de compañeros de lista. He votado de manera contradictoria, y no resisto un archivo. He votado y me he arrepentido de lo que he votado. Y mucho. Pero nunca me arrepentí de votar. Nunca.
Se dice que el voto es el único acto solitario en democracia, y que todos los demás deben ser solidarios. Si bien algo de eso puede haber, y es cierto que con votar no alcanza, creo que el voto nunca puede hacerse pensando solamente en uno. Es decir, la democracia se construye todos los días, de muchas maneras, no únicamente con el voto, pero tampoco se puede sin el voto. Y al momento de votar nunca es bueno hacerlo pensando en intereses personales sino que, siguiendo nuestras convicciones, escala de valores, siempre es bueno pensar en todo el Pueblo, principalmente los más vulnerables.
En todos los candidatos, en todas las listas, vamos a encontrar razones para no votarlos. Quizás de lo que se trate es de enfocarse en lo positivo, en aquellas cosas que valoramos, en personas que puedan llegar a identificarse con algunas de esas ideas, sopesar todo, decidir y elegir. Al fin y al cabo, lo diga quien lo diga, en la vida hay que elegir…

Voto